Breve repaso por la historia del cine serbio
La primera exhibición cinematográfica en Serbia, así como en los Balcanes, fue en junio de 1896. Incluso fue un lugar bastante recurrente para los cineastas itinerantes que pasaban por allí para mostrar sus películas.
Antes de la Primera Guerra Mundial existían en Serbia alrededor de 30 cines, pero con el estallido bélico cesó abruptamente el desarrollo de la industria cinematográfica nacional. El período de entre guerras fue más fructífero, incluso se le otorgó un mayor proteccionismo al cine local, debido a que llegaban a la región una gran cantidad de películas importadas de bajo costo y alta calidad, provenientes de Estados Unidos, Alemania o Francia. Pero a partir de 1931, con la Ley sobra la Organización de la Distribución Cinematográfica, se le impuso a los distribuidores y a las salas proyectar cierto porcentaje de producciones nacionales. Esto significó un gran estímulo, permitiendo la realización de una gran cantidad de films.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual también se frenó la industria, volvió a prosperar el cine serbio. Se empezó a explorar nuevos géneros en el campo del largometraje y diversas adquisiciones artísticas elevaron la calidad de este cine a los estándares europeos.
A pesar de las guerras yugoslavas, Serbia continuó con su período de crecimiento. En el lapso temporal de 1962 a 1991 (con la desintegración de la República Socialista de Yugoslavia), se rodaron más de 300 cintas en Serbia. Y no solo tuvieron aceptación en dicho país, sino que comenzaron a tener reconocimiento en el exterior en distintos festivales a lo largo del mundo. Ejemplo de ello fue el cineasta serbobosnio Emir Kusturica, quien ganó dos Palmas de Oro por la mejor película en el Festival de Cine de Cannes por “Papá está en viaje de negocios” (1985), y “Underground” (1995). En 1998, Kusturica ganó el León de Plata por dirigir “Gato negro, gato blanco”.
Si bien Serbia fue golpeado por varias guerras externas e internas, su industria cinematográfica se caracterizó por ser siempre creciente y exportar diversas personalidades del cine al mundo.
Samantha Schuster