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Celebramos la resurrección de Michael Scoffield

¡Por muchos más tatuajes y grullas de origami!

Siete años después, Michael Scoffield regresa de la muerte para tentarnos con una invitación que nos será difícil resistir. Todos los seguidores de «Prison Break» fuimos seducidos por su suspenso adictivo, que cada tanto nos sumergía en altas sobredosis de episodios y nos robaba horas de descanso, hasta que finalmente caíamos dormidos y seguíamos viendo a los personajes en nuestros sueños.

Nos atrapó la inventiva y originalidad de sus dos primeras temporadas y permanecimos fieles durante dos temporadas más, con altos y bajos. En la primera temporada, nos infiltramos junto a Michael en Fox River para salvar a su hermano Lincoln Scoffield, convivimos con prisioneros peligrosos y sobrevivimos a la vida carcelaria hasta que nuestro genial ingeniero nos sacó de la prisión con el más osado y minucioso plan de escape. En la segunda temporada, seguimos a los Ocho fugitivos de Fox River en su afán de conseguir los millones enterrados y escapar del detective Mahone.

Hasta ahí duró nuestro idilio incondicional con esta serie carcelaria de Fox. Ya en la tercera temporada tuvimos nuestra primera crisis con una historia que por momentos se volvió grotesca y poco sólida. A partir de Sona, los giros narrativos varias veces pusieron a prueba nuestro pacto de credibilidad con la ficción. El carisma de Michael y su equipo lograron redimir los errores de los guionistas y retenernos hasta el fin de la cuarta temporada, en la que el equipo busca tarjetas de Scylla para derrotar a “la Compañía”. Los fans tuvimos que digerir elementos poco creíbles y alianzas improbables entre antiguos enemigos, y a veces nuestra buena voluntad fue sobre exigida hasta su final -hace casi ocho años- en que no tuvimos consuelo con la muerte de Michael Scoffield.

Tanto lloramos su pérdida que hoy celebramos su resurrección. Perdonamos a ciegas cualquier giro injustificado de la historia con el que «Prison Break» va a devolvernos a Michael. Cuando T- Bag le dice a Lincoln Scoffield que su hermano está vivo en una prisión en Estambul se nos acelera el corazón y hacemos la vista gorda ante cualquier pecado que puedan haber cometido los guionistas. Una grulla de origami pasa navegando las turbias aguas de la alcantarilla y nos hace saber que nuestro hermano aún vela por nosotros.

Esta secuela de solo nueve episodios y final cerrado promete mucha acción y un escenario de fuga ampliado. No bastará con salir de la prisión: habrá que escapar del país.  Nada nunca será fácil para Michael, pero contará con la ayuda de su hermano, su amor Sara Tancredi, un hijo por conocer y sus amigos Sucre y C-Note.

La nostalgia y la distancia nos permiten idealizar la serie y sonreír con ternura ante algunos errores, como perdonando a un inolvidable primer amor. ¿Qué más podríamos pedir? Bueno, si se puede pedir…. por favor que T-Bag no se vuelva bueno (ya bastante tuvimos con las conversiones milagrosas del guarda cárcel Belick o el detective Mahone). Y, ya que pedir es gratis: que clausuren el túnel de regreso de la luz. Con Michael y Sara ya de este lado, no hace falta revivir a nadie más.

Pero ya basta de jugarla de críticos superados. Estamos cerca del ansiado, emotivo regreso de nuestro equipo de fugitivos favorito. Un par de acordes de la música intro de «Prison Break» bastan para liberar un disparo de adrenalina en nuestras venas. Confiamos en el plan dibujado en los nuevos tatuajes de las manos de Michael y a él nos encomendamos para que nos libre de todo mal, realidad incluida. Amén.

El 4 de abril vuelve «Prison Break» a las 23 hs por Canal Fox.

Tráiler:

 

Valeria Dhers

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