CINE

Cinco películas alemanas poco conocidas que no se pueden perder

El cine alemán tiene mucha influencia en la historia de la cinematografía. Sin ir más lejos sentó las bases del expresionismo, con films como “El gabinete del doctor Caligari” (1920), “Nosferatu” (1922) o “Metrópolis” (1927), que luego se replicaron en otro tipo de cine.

Hoy se estrena “En Pedazos”, una cinta que cuenta la historia de Katja (Diane Kruger), una mujer que pierde a su familia (marido e hijo) en un atentado y que buscará vengarse, luego de que la justicia no le proporcione resultados positivos.

Y si hablamos de cine alemán, tenemos grandes títulos a lo largo de los últimos años como “Good Bye Lenin!” (2003), “La vida de los otros” (2006), “Corre, Lola, Corre” (1998), pero en esta oportunidad quisimos centrarnos en películas menos conocidas pero igual de buenas para que puedan disfrutar de otros films.

“La Ola” (“Die Welle”, 2008): Basada en el experimento “La Tercera Ola” y su posterior adaptación literaria, la película “La Ola” propone establecer la pregunta de si las sociedades libres y democráticas son inmunes a un sistema autoritario y, particularmente en este caso, si nuevamente Alemania podría pasar por un proceso similar al nazismo o si fue un evento único. Es así como un profesor de colegio arma una materia electiva, creando un grupo nacionalista. A medida que las clases avanzan, todo se pondrá cada vez más intenso y peligroso.

Una película que muestra la facilidad de identificación del ser humano y cómo la pertenencia a un grupo particular con reglas marcadas puede ser algo bastante delicado. Asimismo, pone en duda la capacidad de la memoria colectiva y lo endeble que puede ser el “nunca más” o el aprendizaje de los errores del pasado.

 

“Refugio” (“Freistatt”, 2015): Dejando de lado las películas sobre el nazismo y la culpabilidad del pueblo alemán (que son muchas dentro de la filmografía de este tipo de cine), nos encontramos con un drama basado en hechos reales sobre internados de educación cristiana que existían en la década del ’70 en Alemania Occidental. En ese contexto se enmarca “Refugio”, protagonizado por Louis Hofmann (“Dark”), sobre un chico difícil de tratar, con un padrastro que no lo tolera y lo manda a este internado más parecido a un campo de concentración, con trabajo esclavo y castigos físicos y psicológicos. Pero Wolfgang no se quedará de brazos cruzados y buscará salir de aquella tortura.

Un film que transmite la crudeza y violencia de las situaciones que vivían los chicos en el internado a través de acontecimientos filmados en escenarios reales, otorgándole una mayor credibilidad a la cinta.

 

“Who Am I / No System Is Safe” (2014): Al estilo “Mr. Robot”, este thriller alemán se centra en Benjamin, un chico introvertido y sin amigos que encontró un lugar de pertenencia en internet. Pero todo cambiará al conocer a Max y sus amigos activistas cibernéticos, quienes comenzarán a realizar distintas acciones, hasta que se les va de las manos y el servicio secreto alemán y la Europol empiezan a perseguirlos.

Bajo la mano del director Baran bo Odar (creador de “Dark”), la película funciona de principio a fin con un ritmo que va aumentando en tensión y misterio a medida que el relato avanza. Al compás frenético lo acompaña un final explosivo y una banda sonora y ambientación oscura que hacen que el film atrape al espectador.

 

“Victoria” (2015): Una chica madrileña vive en Berlín hace poco tiempo y conoce a un grupo de chicos en un boliche. Pero el disfrute y la diversión pronto se verán teñidas por una deuda del pasado de uno de los jóvenes, haciendo que Victoria se involucre en un crimen.

Otro thriller que mantendrá atrapado al espectador, no solo por la historia que se cuenta, sino también por la manera en la que está filmado. La particularidad de esta película es que está hecha con un solo plano secuencia de 140 minutos (tuvieron tres intentos para realizar las tomas), generando que el relato se vuelva más dinámico y frenético.

 

“Somos Jóvenes. Somos Fuertes” (“Wir sind jung, wir sind stark”, 2014): Del 22 al 24 de agosto de 1992 hubo en el distrito de Lichtenhagen de Rostock un levantamiento popular xenófobo contra los inmigrantes, especialmente gitanos, pero también vietnamitas, que se encontraban en Alemania habitando en un asilo, llamado “Casa de los Girasoles”. Grupos militantes de la derecha extrema (considerados nacionalistas y patriotas) fueron los encargados de apedrear y tirar bombas a los departamentos con el deseo de su desalojo, mientras que alrededor de 3.000 vecinos fueron espectadores de los hechos, aplaudiendo y avivando a los atacantes. En este contexto nos sitúa el director afgano Burhan Qurbani en “Somos Jóvenes. Somos Fuertes”, el cual centra la historia en el último día del acontecimiento, a partir de la mirada de tres protagonistas.

Una historia muy poderosa, cruda, fuerte, de violencia explícita, de caos y destrucción, la cual nos hará reflexionar sobre una problemática que, si bien este hecho ocurrió en 1992, la temática de la inmigración y los refugiados sigue vigente hasta la actualidad.

 

Samantha Schuster

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