Crítica de «Aguas Siniestras» de Bryce McGuire (2024)
Basada en el cortometraje homónimo realizado por Bryce McGuire y Rod Blackhurst en 2014, «Aguas Siniestras» (o «Night Swim» por su nombre original) es una película de terror que parte de una premisa interesante, original y atractiva pero que se queda a mitad de camino en su ejecución por apegarse demasiado a la fórmula de este tipo de films y caer en algunas decisiones un tanto dudosas.
«Aguas Siniestras» comienza en 1992, cuando una niña se acerca a la pileta de su casa para recuperar un juguete de su hermano enfermo. Sin embargo, la misma la atrapa y desaparece. Años después la familia Waller se muda a este hogar. Ray, un ex beisbolista que está cursando una enfermedad grave, su esposa Eve que siempre lo acompaña y sus hijos Izzy, una adolescente en pleno desarrollo, y Elliot, un niño al que le cuesta hacer nuevas amistades. Lo que parecía un buen lugar para descansar y establecerse se convertirá tanto en una ventaja como en una pesadilla; mientras que le permitirá evolucionar a Ray, empezarán a pasar cosas raras con el resto de los miembros de la familia.
Si bien no vi el corto, la historia se siente perfecta para ese formato, pero tal vez no tanto para un largometraje. A pesar de no ser una película demasiado extensa (dura 98 minutos) por momentos nos encontramos con algunas situaciones repetidas, estirando y abordando el concepto inicial a más no poder. Parte de una premisa bastante original (salimos un poco de la «casa embrujada» para situarnos solamente en un aspecto de ella) y con la cual se podía jugar, pero a medida que avanza la historia parece quedarse sin maneras diferentes de presentarla. Constantemente tenemos escenas similares alrededor de la pileta donde los personajes se exponen una y otra vez a un ente maligno. Pero además, las reglas tampoco parecen ser del todo claras, al comienzo (y también por el título que tiene en inglés) creemos que el peligro acecha de noche mientras que en otros instantes también ocurren cosas de día. Eso provoca algunas ideas contradictorias.
Lo mismo ocurre con ciertas decisiones que se toman para justificar la trama y mostrar determinadas actitudes de los protagonistas que tal vez son un poco absurdas o fantasiosas (incluso para un film de estas características), como la historia «mitológica» que existe detrás de la pileta o en vez de llegar a la casa y prender la luz para iluminar agarrar inmediatamente una linterna, solo para que se vea más terrorífica la escena. Y en otros aspectos sigue la fórmula preestablecida de este tipo de relatos por lo que podemos prever algunos giros o situaciones que se van a dar.
En cuanto a los aspectos técnicos, consigue crear un clima de tensión constante, y si bien no termina asustando demasiado, apela a los jumpscares en momentos en los que uno no lo espera, bien al estilo de James Wan, quien es productor del film junto a Jason Blum. Se nota esa influencia del maestro del terror moderno en McGuire, pero tampoco logra generar demasiado temor, incluso para aquellos más susceptibles. Por otro lado, realizan un buen juego de luces y sombras, iluminando la pileta en las escenas nocturnas para que sea lo que sobresalga.
El elenco hace un buen trabajo para componer a sus personajes. Ray es interpretado por Wyatt Russell («The Falcon and the Winter Soldier», «Overlord»), quien consigue transmitir el peso de su enfermedad que lo aleja de su pasión deportiva como también la mejora y obsesión con la pileta que tantos beneficios le trajo. En su contraparte están su mujer, Eve (Kerry Condon, «Better Call Saul», «The Banshees of Inisherin») que siempre tuvo que realizar sacrificios para priorizar la carrera de su marido y cuidar a sus hijos medio sola; y sus pequeños Izzy (Amelia Hoeferle) y Elliot (Gavin Warren), que tienen encuentros un poco más violentos y atemorizantes con aquel objeto, mostrando sus miedos y sospechas en todo momento.
En síntesis, «Aguas siniestras» parte de un concepto original y atrapante pero que se queda a mitad de camino en su ejecución. Logra generar un clima de tensión constante, pero a la vez no llega a provocar demasiado temor, por momentos sigue la fórmula típica de películas de terror y por otros toma decisiones que podrían haber sido mejores. Una buena historia para un corto, que puede impactar por su solidez y poca duración, pero tal vez demasiado para convertirse en un largometraje.
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster