CINE

Crítica de “Amelie” de Jean-Pierre Jeunet (2001)

En 2001, el cine francés nos proporcionó una de las historias de amor más originales y creativas, diferenciándose ampliamente de todo lo que veníamos viendo en la pantalla grande. “Amelie” se convirtió en un ícono de su país, no solo porque conquistó a su público y a la crítica, sino porque lo representó mundialmente en distintos festivales, generando una marca en su industria.

“Amelie” cuenta la historia de una joven bastante particular, que el mismo día de la muerte de Lady Di descubre en su departamento una pequeña lata que contiene algunos recuerdos de quien fue un niño en los años ’50. Es así como comienza una búsqueda del dueño de aquellos tesoros. Cuando se da cuenta la felicidad que le trajo reencontrarse con sus objetos olvidados, Amelie tomará la decisión de mejorarle la vida a quienes se encuentran a su alrededor (y generar una especie de justicia en otros que no se portan bien con el prójimo).

Desde sus inicios nos damos cuenta que estamos ante una película distinta. A partir de una voz en off nos van presentando a los distintos roles, contándonos las actividades que les gusta hacer y las que no; como también nos van introduciendo a la protagonista a lo largo de los años, haciendo hincapié en por qué es como es en la actualidad. En cierto punto la narración se vuelve un tanto monótona y agobiante, ya que no tenemos casi diálogo de los personajes. De todas maneras, sirve solo como introducción y después desaparece con el correr de los minutos, dejándole el lugar a la interacción de los actores.

Una vez que Amelie comienza a realizar sus buenas acciones es cuando el film empieza también a tomar forma y a atrapar al espectador, que quedará sumergido en las vidas de estas personas peculiares para ver cómo cambian a partir del toque “mágico” de la protagonista. Los personajes secundarios son muy interesantes y sirven como un buen apoyo del rol principal, que se siente que no podría haber sido interpretado por otra actriz que no fuera Audrey Tautou. La misma capta de una gran forma la esencia de su personaje, una joven introvertida, pero a la vez que se atreve a realizar distintas acciones desde las sombras para generar pequeños cambios que traigan felicidad.

Otro de los puntos altos del film es su aspecto técnico. La ambientación de los distintos espacios (que plasman la personalidad de los diversos personajes), su fotografía con tonalidades cálidas y la utilización de una gran banda sonora a cargo de Yann Tiersen, hacen que la historia se destaque. La misma podría haber sido contada de cualquier manera, incluso parte de una trama bastante sencilla, pero la utilización del montaje y los giros en el guion la dotan de un misterio y un romance particular. Los protagonistas transitan por una serie de encuentros y desencuentros atractivos. Incluso la película acerca al espectador mediante la ruptura de la cuarta pared en ciertos momentos, haciéndolo parte del argumento.

En síntesis, “Amelie” es una comedia romántica distinta a cualquier otra película que hayamos podido ver. Tiene una magia especial que se nutre de los personajes peculiares, de una protagonista carismática, de un aire de misterio y romance y de una técnica impecable. Para los amantes del amor.

Puntaje:

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *