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Crítica de «La corazonada» de Alejandro Montiel (2020)

Luisana Lopilato y Joaquín Furriel protagonizan la primera película de Netflix producida en Argentina, basada en la novela «La virgen en tus ojos», de la periodista y escritora Florencia Etcheves.

Los desafíos logran su intrínseco y real cometido cuando se presentan inesperadamente. Y, a su vez, en el momento en que ponen a prueba la valía que se tiene para afrontarlos. Es así como Manuela «Pipa» Pelari (Luisana Lopilato), una policía recién salida de la academia, debe unirse al inspector Francisco Juánez (Joaquín Furriel) para resolver el asesinato de una joven, Gloriana Márquez (Delfina Chaves), que tiene como principal sospechosa a Minerva del Valle (Maite Lanata), la mejor amiga de la víctima. Al mismo tiempo, Pipa enfrentará otro reto: investigar extraoficialmente, y a pedido del fiscal Roger (Rafael Ferro), un crimen en el que Juánez parece estar implicado. El elenco lo completan Juan Guilera, Abel Ayala, Sebastián Mogordoy y Marita Ballesteros.

«La corazonada» es un thriller revestido por el suspenso, y marcado a fuego por la estructura policial. Aunque la precuela de «Perdida» cuenta con la misma figura en el ala de dirección que aquella (Alejandro Montiel), presenta a una Pipa más honesta y disciplinada en su accionar, pero con una intuición vivaz. En la película del 2018, adaptación de la novela «Cornelia», también de Florencia Etcheves, la protagonista era, en cambio, terca, apasionada, e indiferente en cuanto a los protocolos, jerarquías y límites a seguir en su labor. Más allá de eso, es importante mencionar que no es estrictamente necesario ver «Perdida» para avanzar sobre «La corazonada».

El nuevo producto de Netflix goza de un ritmo intenso, en el que se van anudando y desarrollando las dos tramas principales de forma paralela. Ambas cuentan con un aditivo sorpresa que lleva a giros interesantes en la trama, manteniendo intrigado al espectador en el proceso. En cuanto a la construcción de los personajes, la mayoría del elenco logra dar la nota y brindar una interpretación digna, aunque algunos diálogos resultan acartonados y rígidos por momentos. Sin lugar a dudas, Furriel y Ferro elevan la cinta con sus apariciones, y representan el mejor antagonismo de toda la cinta: lealtad y corrupción. Junto con estos tópicos, la película retoma otros enfrentamientos, como el del amor y el odio, o el de la venganza y la justicia, que se convierten en puntapiés para el avance de la trama.

La película logra avanzar con la resolución de los conflictos que plantea de forma clara y distendida, casi fluída. Sin embargo, encuentra ciertas restricciones al ojo del observador nacional, que tienen que ver con el desenvolvimiento de las fuerzas policiales. Por momentos, «La corazonada» tiene tintes de «CSI» o «Criminal Minds», que producen un choque cultural evidente. Podría decirse, así, que al producto le falta una cuota de personalidad que lo identifique con el contexto espacio – temporal en el que se desarrolla. La fórmula resulta repetida, y el género no encuentra una renovación que lo desencastre de ella.

En resumen, «La corazonada» es un film que narra una historia bipartida emocionante, pero que no logra encontrar un sello característico que la desestructure. Esto genera no sólo una sensación de ver algo ya contado, sino que se torna difícil de creer al situarlo espacialmente. Más allá de estas cuestiones, la película logra despertar la atención del espectador, y lo sumerge en una trama interesante, en la que se encontrará con gratas sorpresas.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Milagros Maffione

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