Crítica de “Línea Mortal: Al Límite” de Niels Arden Oplev (2017)

¿Hay vida después de la muerte? ¿Qué se siente morir? «Línea Mortal» nos muestra qué pasa cuando pasamos al otro lado; la protagonizan Courtney (Ellen Page), Ray (Diego Luna), Marlo (Nina Dobrev), Jamie (James Norton) y Sophia (Kiersey Clemons), cinco estudiantes de medicina que realizan sus residencias en el mismo hospital.

La historia comienza cuando Courtney por un accidente automovilístico pierde a su hermanita. Luego de nueve años, ella decide realizar un experimento único, después de varias investigaciones, quiere estudiar la actividad cerebral al instante que se da por muerto a una persona.

¿Cómo podría hacerlo sin matar a nadie o que alguien con un rango más alto en el hospital se entere? Fácil, junto a otros dos residentes va al  único lugar del hospital no utilizado por el personal, les explica cómo hacer para inducirle un paro, matarla, y luego cómo revivirla. Algo sale mal e invitan a otro residente para traerla a la vida nuevamente y la quinta médica cae ahí justo cuando despierta.

Los cinco ahora saben del experimento, todos estaban eufóricos por el suceso salvo Ray que piensa que es una locura.

Courtney les contó todo lo bueno que vivió y sintió en ese trance, “volé sobre el techo del hospital; nunca vi el techo del hospital; fue mágico”. Al día siguiente, en el trabajo, ella respondió todas las preguntas que le hizo el doctor a los demás, parecía que todo lo que había leído o sabía de medicina lo llevaba a flor de piel. Esto provocó que otros tres del grupo quisieran pasar lo mismo, morir y revivir para saberlo todo.

Pero todo tiene una consecuencia, todos tenían algo en común, habían cometido alguna aberración en el pasado. Courtney fue la que provocó el accidente donde murió su hermana, Marlo por trabajar 36 horas se equivocó y mató a un paciente, además luego mintió en el registro médico; Jamie había obligado a una de sus chicas a abortar; y Sophia hackeó la computadora de una chica y compartió sus fotos donde estaba desnuda a todos los chicos de su colegio.

Ahí está la verdadera trama de la película, estos hechos los atormentaban en forma de alucinaciones a todos ellos.

Me pareció una película muy fuerte, a su vez divertida y por partes me dio mucho miedo.

Tiene un final con una enseñanza exquisita que habría que tenerla presente día a día.

Destaco que está muy bien producida. Además aparece uno de los actores de la película de 1990 que mantiene su mismo papel en esta secuela, Kiefer Sutherland.

Puntaje:

Tráiler:

 

María Florencia Giovannetti

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