Crítica de «Little Miss Sunshine» de Jonathan Dayton y Valerie Faris (2006)
«Little Miss Sunshine» se centra en la familia Hoover, cuyos miembros son bastante particulares: un abuelo que consume drogas y maldice constantemente, un padre fracasado que da cursos para ser exitoso, una madre que está sobrepasada, un tío que se está recuperando después de un suicidio fallido, un hijo adolescente que hizo un voto de silencio con un claro objetivo, y la pequeña Olive, una niña de ocho años, más bien gordita y con anteojos, que anhela ser la reina de la belleza.
Este film se enmarca dentro del género road movie, es decir, es una película de viaje, donde la familia Hoover se trasladará desde su hogar hacia el certamen de belleza, teniendo que superar unos cuantos obstáculos que se le presentarán durante esta aventura. Nos propone una mezcla de sensaciones, donde el espectador transitará la emoción y la gracia al mismo tiempo. Si bien es una película tragicómica, ya que no existe ningún personaje que se salve de este patetismo, el final será de mucho agrado, y nos proporcionará un mensaje positivo acerca de cuáles son los verdaderos éxitos y fracasos y como, en muchos casos, existen matices.
El elenco coral, con grandes figuras como Steve Carell, Toni Collette, Greg Kinnear, Alan Arkin, Paul Dano, Abigail Breslin, entre otros, permite que la familia completa oficie de protagonista, ya que no solo se transitará una transformación individual sino también colectiva. Cada personaje conseguirá o no lograr su objetivo personal, pero también se unirán como familia, como un todo. Cada personaje está minuciosamente pensado y profundizado, cumpliendo un rol particular dentro de la familia. Se nota el trabajo detrás y delante de cámara para preparar a dichos personajes.
«Little Miss Sunshine» se destaca por su guion inteligente y perfectamente ejecutado, la calidad de su fotografía y los aspectos técnicos que, a pesar de ser una película más independiente y que probablemente no haya necesitado de tantos recursos, lograron utilizarlos de forma muy fructífera.
En síntesis, “Little Miss Sunshine” es una película que marcó un modelo dentro del género del road movie (hace relativamente poco tuvimos la oportunidad de ver “Capitán Fantástico”, que tiene unos aires a este film), ya que no solo es un viaje en sí mismo, sino que es un viaje interno de los personajes que tienen una gran transformación a lo largo del metraje.
Con grandes interpretaciones y personajes perfectamente delimitados, un guion que funciona a la perfección, un vaivén emocional que nos proporciona mensajes positivos y una fotografía con colores brillantes, “Little Miss Sunshine” es una cinta para ver en cualquier momento y siempre terminar con una sonrisa en la cara.
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster