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Crítica de «Oxígeno» de Alexandre Aja (2021)

Una mujer se despierta en una unidad criogénica médica. No se acuerda quién es ni cómo terminó allí. Lo único que sabe es que el nivel de oxígeno es muy bajo y va disminuyendo con el correr del tiempo. Para salvarse, deberá reconstruir sus recuerdos antes de que sea demasiado tarde.

«Oxígeno», la nueva película de Alexandre Aja («Piraña 3D», «Crawl»), es de esas historias que se desarrollan en una sola locación y que se sustentan por la actuación de sus protagonistas, el clima opresivo que genera y los efectos especiales. En este caso, el director logra cumplir con cada uno de estos elementos para proporcionarnos un film asfixiante y entretenido.

La película está protagonizada por Mélanie Laurent («Bastardos sin Gloria»), quien hace un excelente trabajo para componer a este personaje que no tiene recuerdo alguno. Su desesperación, su miedo, su capacidad resolutiva para salir de esa situación están plasmados de una forma perfecta por la actriz, que se encuentra en todo momento en pantalla, con planos bastante cortos y cerrados que muestran sus gestos, miradas y reacciones.

Si bien existen algunos personajes secundarios, la mayoría en forma de voces que se comunican con la protagonista a lo largo del film y son necesarios para hacer que la trama avance, quien lleva todo el sustento dramático es Laurent.

A pesar de que la historia se desarrolle en una sola locación, con la simple intervención de algunos flashbacks para dar mayor contexto, y que la protagonista no tenga casi acciones físicas, la misma no se siente estancada, sino que consiguen brindarnos algunos giros interesantes e impactantes que nos revelan más información para hacer que la trama avance, atraparnos y hacernos pensar.

La puesta en escena ayuda a construir un clima opresivo, asfixiante y de tensión constante, gracias a la utilización de un solo escenario que, como decíamos anteriormente, además le da múltiples posibilidades a la actriz para jugar con él. También permite que el público pueda ponerse en sus zapatos y sentir lo que ella está viviendo. La banda sonora, plagada de ruidos que despiertan problemas en la trama, contribuye a este estado de alerta y aumentan la desesperación de la protagonista y del espectador.

En síntesis, «Oxígeno» resulta ser una interesante propuesta dentro de este estilo de films, con una ejecución más que lograda. La maravillosa labor de Mélanie Laurent, el clima de asfixia y opresión, el avance de la trama a pesar de la quietud de su protagonista y los giros narrativos, hacen de esta apuesta de Netflix un viaje más que grato.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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