Crítica de «Pinocho» de Guillermo del Toro (2022)

Antes de su estreno en Netflix el mes que viene, uno de los proyectos más personales y demorados del realizador mexicano finalmente ve la luz en algunos cines seleccionados. «Guillermo del Toro’s Pinocchio» es un film de animación en stop-motion que comenzó a gestarse hace más de 15 años.

Guillermo del Toro es uno de los directores más importantes de la cinematografía mexicana y también de la internacional, cosechando grandes éxitos en distintos géneros y estilos. Desde «Cronos» (1993), «Mimic» (1997) y «El Espinazo del Diablo» (2001) que el director viene coqueteando con el género fantástico y el terror. Tras su paso por el cine comiquero con la secuela de «Blade» en 2002 y la primera parte de «Hellboy» (2004), al artista se le fueron abriendo las puertas de Hollywood para seguir profundizando en la más pura fantasía y ensoñación, así como también en los monstruos (tanto literales como abstractos) y pesadillas que lo fascinaban.

Luego de haber filmado la maravillosa «El Laberinto del Fauno» (2006) y «Hellboy II: The Golden Army» (2008), Guillermo decidió embarcarse en uno de sus proyectos más deseados que sería básicamente una adaptación más oscura de la novela italiana «Las Aventuras de Pinocho». Del Toro estableció que ninguna forma artística lo había influenciado más en su vida y obra, que la animación y en particular el pequeño personaje del niño de madera con el cual sentía una especie de conexión.

Finalmente, tras varias idas y vueltas, la clásica obra de Carlo Collodi se materializa en esta maravillosa y entretenida obra de stop motion que sirve para seguir ahondando en sus obsesiones y tropos predilectos, así como también para continuar ofreciéndonos un variopinto grupo de personajes extravagantes y seductores.

El largometraje se ubica temporalmente entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En Italia, Geppetto (David Bradley) y su hijo llevan una vida apacible y sin ningún tipo de conflicto hasta que ocurre una fatalidad (relacionada con un avión bombardeo) que ocasiona la muerte del pequeño niño, dejando a Geppetto sumido en una profunda depresión. Un día Gepetto decide crear una marioneta a semejanza de su hijo, con un árbol donde reside Sebastian J. Cricket (Ewan McGregor). Una deidad que lamenta el dolor del afligido carpintero decide darle vida al muñeco de madera para aplacar el dolor de Geppetto.

Esta versión animada y musical de la conocida historia de Pinocho decide implementar una mirada más oscura, seria y adulta sobre el relato que fue llevado en contadas oportunidades a la pantalla grande (incluso esta es la segunda versión que llega este mismo año, ya que Disney estrenó una fallida versión live-action dirigida por Robert Zemeckis hace apenas unos meses).

Se nota el amor de Guillermo del Toro por el personaje y la obra literaria original, llevando su mirada personal y sus temas recurrentes para exponerlos en un cuento infantil de manera acertada. Cabe destacar, que hay momentos algo oscuros y desafiantes para los más pequeños, e incluso algunas cuestiones que no podrán apreciar como el tema del fascismo en la Italia de los años 30, pero justamente la complejidad de la película hace que tenga un enorme abanico de lecturas y capas de interpretación. Incluso, podríamos decir que mientras que la versión original y la animada de 1940 hablan del buen comportamiento y la importancia de obedecer a los mayores, esta cinta avoca a una mirada más actualizada y progresista de encontrarse a uno mismo y razonar sobre lo que está bien y lo que está mal, antes de actuar.

La animación cuadro a cuadro es exquisita y se nota el cuidado hasta el más mínimo detalle en los movimientos de los personajes e incluso en el diseño de los mismos. Los fondos y los sets también son demenciales en ese sentido, y se valora la decisión de Guillermo del Toro de mantenerse firme hasta el final para que la película sea realizada en stop-motion, lo cual la puso varias veces en jaque respecto al alto presupuesto que demandaba y las posibilidades de financiación.

El elenco que además de contar con McGregor en un rol impresionante como Pepe Grillo, y a Bradley como Geppeto, también contó con el debutante Gregory Mann como el personaje del título, en un debut más que prometedor. Por otro lado, también participan Finn Wolfhard, Cate Blanchett, John Turturro, Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Burn Gorman, Christoph Waltz y Tilda Swinton, redondeando un elenco de ensueño para la ocasión.

Otro gran acierto del film es la banda sonora de Alexandre Desplat («The King’s Speech», «Argo») que termina de congeniar muy bien con la estética visual del film. «Guillermo del Toro’s Pinocchio» es probablemente una de las adaptaciones más inspiradas de la novela italiana, porque el director supo abordar el material de origen de forma única, apropiándose del mismo y dándole su visión de los personajes y de la fábula en sí. Una obra clásica resignificada que además conforma una proeza a nivel visual y técnico. Emotiva y conmovedora, esta versión de Pinocho es la que no pedimos, pero tampoco sabíamos que necesitábamos.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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