«Merlina», un coming of age lleno de suspenso y humor negro

The Addams Family o Los Locos Addams, como los conocimos en Latinoamérica, comenzó como una serie de televisión en los ‘60, basándose en las caricaturas que Charles Addams había publicado en The New Yorker. Posteriormente hubo distintas adaptaciones, tanto televisivas como cinematográficas y tanto animadas como live-action. Tal vez las más relevantes y cercanas a nuestros tiempos fueron las películas de los ‘90 que tuvieron a Christina Ricci como Merlina, a Anjelica Houston como Morticia y a Christopher Lloyd como el Tío Lucas. La historia siempre se caracterizó por tener personajes excéntricos como protagonistas y un tono que mezcla el terror con el humor negro.

En esta oportunidad, Netflix decidió lanzar una nueva serie televisiva centrada en el personaje de Merlina (Wednesday, en su idioma original), con ocho capítulos de menos de una hora que se estrena este 23 de noviembre. Con Tim Burton como el director de cuatro episodios, la serie logra transmitir la esencia de la historia original como también aportar un nuevo misterio y la estética característica del realizador para ofrecernos un producto entretenido a la altura de las expectativas.

Merlina se centra en el personaje en cuestión, una adolescente complicada, que fue echada de varias escuelas por su mal comportamiento. Finalmente, sus padres deciden llevarla a Nevermore (Academia Nunca Más), una escuela especial para excluidos que en otros institutos pueden sentirse fuera de lugar. Sin embargo, ella no está muy interesada en sociabilizar con sirenas, hombres/mujeres lobo, gárgolas o vampiros, sino que querrá seguir saliéndose con la suya y abandonar también este sitio. Lo que finalmente hará que se quede es que en las afueras del establecimiento hay un monstruo que está asesinando a extranjeros y habitantes del poblado, creyendo que uno de los miembros de Nevermore es el responsable. Es así como intentará descubrir la verdad, al mismo tiempo que transitará por cuestiones típicas de la etapa adolescente.

La serie combina de una buena manera el género coming of age con el suspenso y el terror para traernos una historia que habla sobre el no pertenecer, el sentirse fuera de la sociedad, el encontrar la verdadera identidad, los vínculos familiares y el aceptar ser diferente. Por un lado tiene algunas características típicas de las tramas adolescentes, con los romances, las idas y vueltas, el proceso de autodescubrimiento de la personalidad/identidad y los conflictos de amistad, pero también le agrega este ingrediente de misterio que mantiene la tensión en todo momento y expone a los personajes a situaciones de peligro.

Existen muchos giros narrativos para tratar de descubrir quién es el monstruo que está detrás de todas las muertes y la resolución no es predecible ni tirada de los pelos con el objetivo de impactar solamente, sino que se siente efectiva y atinada. Además, también tiene toques de comedia negra, sarcasmo e ironía que le sientan muy bien al tono de la serie, que va principalmente de la mano de la personalidad de Merlina, la cual lanza comentarios ácidos en todo momento.

Jenna Ortega («You», «Scream», «The Fallout», «X») se encuentra muy bien en su rol como Merlina y demuestra, una vez más, que su camino por el cine y las series de televisión no es pura casualidad, sino que se construye con pasos cada vez más sólidos. En este caso, la actriz retrata muy bien la esencia del personaje, pero también le agrega su propia impronta. Consigue asimilar las expresiones de Merlina, con una actitud seria y una mirada asesina, fría y calculadora. Además, la manera en la que dice sus líneas de diálogo son más que correctas. Con el correr de los capítulos su personaje se va volviendo cada vez más querible y simpático, aunque a su propia manera, no traiciona su forma de ser, sino que uno ya la conoce y la acepta tal cual es. Este también resultaba ser un desafío muy grande para Ortega, ya que podemos tener muy presente la Merlina que realizó Christina Ricci en las películas de los ‘90. Sin embargo, eso no quita que podamos aceptar una nueva versión.

También fue una buena idea haber incorporado a Christina Ricci como parte del elenco de la serie, aunque obviamente en otro rol. En este caso, interpreta a una docente de la escuela que no tiene ningún poder. No solo la actriz es muy buena en lo que hace, sino que además es un guiño a las viejas generaciones. 

El resto del elenco también acompaña muy bien. Los jóvenes hacen un buen trabajo poniéndose en la piel de distintos personajes con habilidades especiales y que cumplen más con esa pata adolescentona de la serie; como también los adultos, que tenemos la participación de varios actores conocidos, como Gwendoline Christie («Game of Thrones») que hace de la directora de la escuela que tiene una historia con la familia Addams y no le saca los ojos de encima a Merlina; Catherine Zeta-Jones como la madre que construye una relación particular y compleja con Merlina, al igual que todos los vínculos madres-hijas; o Luis Guzmán como un padre más permisivo y contenedor. Tal vez se podría mostrar un poco más a los miembros de la familia, pero teniendo en cuenta que la historia está centrada en Merlina, se los muestra lo suficiente.

Además de servir como un buen apoyo para la protagonista, los secundarios también tienen desarrollo y conflictos propios. Se muestran los difíciles vínculos que existen entre los alumnos y sus padres, como también temas de identidad o inconvenientes para terminar de consolidar su crecimiento. Nos terminan importando, como también lo que les pasa.

Como decíamos al principio, la mitad de los capítulos están dirigidos por Tim Burton («The Nightmare Before Christmas», «Edward Scissorhands», «Beetlejuice»), un director con un estilo tan característico como reconocible en sus obras. El mismo tenía una asignatura pendiente con esta historia, ya que iba a estar a cargo de la película de los ‘90 pero finalmente no pudo hacerla por problemas de agenda, ya que se superponía con «Batman Returns» (1992). Es así como, después de tantos años, pudo traernos su visión. Se nota su mano a la hora de crear climas y construir escenas, como también tratar algunos de sus temas más recurrentes.

Los aspectos técnicos están logrados, sobresaliendo la ambientación oscura y lúgubre, como también los efectos especiales para retratar las visiones de la protagonista, la construcción de los monstruos y personajes como Dedos; la banda sonora, que nos remite a algo de Los Locos Addams pero a su vez también es algo novedoso y original, acentuando los momentos de suspenso y terror; y la vestimenta que caracteriza a los personajes. Merlina no solo es quien es por sus líneas de diálogo o personalidad, sino también por su representación física, con un logrado trabajo de maquillaje, peinado y vestuario.

Si los buenos resultados acompañan, seguramente tendremos más para ver de «Merlina», no solo porque se nota que la historia no termina ahí, sino porque el personaje tiene mucho más para dar. Una serie que combina de manera acertada distintos estilos como el coming of age, el terror y suspenso y la comedia negra para traernos una historia atrapante, con personajes queribles y un misterio interesante.

Tráiler:


Samantha Schuster

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