Crítica de “Rosita” de Verónica Chen (2018)

Lola es una madre de dos niños y una niña, pero ninguno de los padres la acompañan en su crianza. Vive con Omar, su papá, quien un día se lleva a Rosita a comprar unas zapatillas pero no vuelven. Es así como la protagonista comenzará a sospechar lo peor, sumado al descubrimiento de secretos ocultos que guarda su progenitor.

“Rosita” comienza como un thriller psicológico donde prevalece la tensión y la desconfianza. Quién es realmente la persona que se tiene al lado, por qué es preferible callar la verdad para que no salga a la luz, qué secreto más oscuro se esconde debajo de la superficie. Pero poco a poco el film va mutando hacia una historia más intimista, profundizando los complejos vínculos familiares y los prejuicios que uno puede llegar a tener en base a experiencias o actitudes del pasado. “Cada familia es un mundo”, resuena un dicho popular, y en este caso la directora hace un buen uso de los recursos narrativos para indagar sobre estas cuestiones.

Gran parte del atractivo que genera el film recae en el personaje de Lola, compuesto de una manera muy efectiva por Sofía Britos, a quien la pudimos ver previamente en película “La Omisión”, donde también interpreta a una madre en busca de un futuro mejor, tratando de balancear su rol como progenitora y como mujer. En este caso nos encontramos con un papel donde tiene que lograr un equilibrio entre ser una persona fuerte y luchadora, al mismo tiempo que se encuentra sobrepasada por la realidad y las dudas que se generan a su alrededor. Y la actriz consigue llevarlo a cabo de una manera cautivante. También podemos resaltar las actuaciones de todo el elenco, con tres niños muy frescos y naturales, y un Omar (Marcos Montes) que ayuda a construir esta falta de confianza que siente su propia hija debido a sus errores del pasado.

Tal vez la película peca de ser sobre explicativa hacia el final, donde si bien el espectador puede sacar sus propias conclusiones sobre el mensaje que intenta dar la directora, se diluye un poco la tensión y la construcción que se venía dando de muy buena manera sobre la temática de la desaparición y la trata de niños. Por ahí el público esperaba algo de mayor impacto de lo que termina siendo la resolución, pero de todas maneras eso no quita el buen trabajo que se vino haciendo a lo largo de la historia.

En cuanto a los aspectos técnicos, nos encontramos con una predominancia de locaciones exteriores, mostrando un poco el caos de la ciudad y cómo afecta en los seres humanos y la tranquilidad de lugares un poco más alejados. La atmósfera y el clima creado tanto por la historia como por las elipsis en los planos, también es uno de los puntos más altos de la cinta.

En síntesis, “Rosita” es una película atrapante que mantiene enganchado al espectador durante todo el film, primero por su propuesta de dudas y tensión y luego por la construcción que se hace sobre las relaciones familiares y personales. Las buenas actuaciones terminan de cerrar esta cautivante historia.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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