Crítica de «Seance» de Simon Barrett (2021)
Después de escribir varios guiones de películas de terror, la mayoría en colaboración con el director Adam Wingard, Simon Barrett hace su salto hacia el detrás de cámara para dirigir una historia de su autoría, que sin ser demasiado deslumbrante consigue atrapar al espectador y brindarle un momento de entretenimiento.
«Seance» se centra en Camille Meadows, quien llega a la prestigiosa Academia Edelvine para chicas, luego de que se abriera una vacante por el fallecimiento de una de sus alumnas. Sin ser demasiado bienvenida por sus compañeras, la invitarán a realizar un ritual para comunicarse con el espíritu de aquella estudiante. Sin embargo, las cosas no saldrán como lo planearon y una de ellas terminará muerta.
Tal vez «Seance» nos traiga ciertas reminiscencias a otras películas del estilo como «Suspiria», por su puesta en escena o su punto de partida, pero la realidad es que la cinta logra mantener el clima de tensión, suspenso y horror durante todo momento, con algunos tintes de slasher y gore.
Por otro lado, el film consigue despistar al espectador, brindándonos una resolución bastante satisfactoria, para nada rebuscada o injustificada y que no se vuelve predecible durante su desarrollo.
Salvo por la protagonista y su única aliada en la escuela, el resto de los personajes no están del todo profundizados ni son tan seductores como para que podamos empatizar o preocuparnos por los que les pasa a lo largo de la historia. De todas maneras, sirven al propósito principal del film: entretener. Por su parte, las actrices hacen un buen trabajo para retratar a sus papeles, a pesar de estar encasillados en ciertos estereotipos.
Los aspectos técnicos acompañan de buena manera a la trama. La escenografía de la academia, con sus habitaciones antiguas y diversos recovecos, es utilizada para generar misterio y provocar algún que otro sobresalto; mientras que la banda sonora crea el clima de tensión y suspenso necesario.
En síntesis, «Seance» no es una película que hará historia ni quedará en nuestra memoria para la posteridad, pero cumple con su cometido de entretener al espectador a lo largo de 92 minutos y ofrecerle sobresaltos y tensión, y que presenta una resolución que está a la altura de su planteo, sin caer en la previsibilidad.
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster