Crítica de «Shazam!» De David F. Sandberg (2019)

El director David F. Sandberg, que dio sus primeros pasos en el cine de terror con «Lights Out» (2016) y «Anabelle: Creation» (2017), ahora hace un salto enorme en términos de producción para dirigir la primera aventura en solitario de uno de los héroes más poderosos de DC Comics, pero también uno de los más desconocidos por el público general que es ajeno al mundo de las historietas. Resulta peculiar la elección de Sandberg porque no se perfilaba como un cineasta dispuesto a hacer un cambio de género y de producción tan grande. No obstante, los resultados fueron más que positivos y este primer capítulo cinematográfico sobre «Shazam!» termina siendo interesante y entretenido.

Ya quedó atrás el Universo DC concebido por Zack Snyder que buscaba una aproximación más oscura para competir con el humor y la solemnidad de las películas de Marvel Studios. Como contraposición, las nuevas producciones de Warner/DC exploran un camino intermedio entre la vieja y fallida concepción de la compañía y la propuesta de la competencia con películas que van marcando un nuevo rumbo e identidad. Como es de esperar, el resultado tiene sus fallas y cosas para corregir pero en líneas generales funciona esta nueva búsqueda.

Para arrancar cabe mencionar que «Shazam!» es antes que nada una comedia, no busca replicar el humor de Marvel sino que plantea desde un principio moverse en este género. Ahora bien, todo esto está justificado por las características del personaje, ya que Shazam es un niño que termina convirtiéndose en adulto/superhéroe gracias a los poderes que le otorga un mago. Algo así como una especie de “Big” (1988) (O “Quisiera Ser Grande” como se la conocía en Latinoamérica), aquella película de fantasía protagonizada por Tom Hanks donde un niño se convertía en adulto tras pedir un deseo. En esta ocasión, se da un escenario similar e incluso se llega a parodiar y citar en ciertos pasajes aquel film.

Billy Batson (Asher Angel), un niño de 14 años que ha crecido en las calles luego de que su madre lo abandonara en una feria, va pasando de familia adoptiva en familia adoptiva. Su vida parece no tener sentido ni rumbo hasta que se muda a un hogar con dos adultos que acogen a varios niños en su misma situación. Allí, conocerá a Freddy Freeman (Jack Dylan Grazer), un chico fanático de los superhéroes con el que fraternizará y comenzará a salir de aquella triste situación de soledad. Lo que no sabe es que este compañero se convertirá en una especie de entrenador/manager luego de que un antiguo mago (Djimon Hounsou) le otorgue superpoderes. Cada vez que grite la palabra ‘SHAZAM!’, se transformará en el superhéroe adulto homónimo (Zachary Levi). Dentro de un cuerpo musculoso y divino, Shazam esconde la ingenuidad y el corazón de un niño. Pero lo mejor es que en esta versión de adulto consigue realizar todo lo que le gustaría hacer a cualquier adolescente con superpoderes: ¡Divertirse con ellos! ¿Volar? ¿Tener visión de rayos X? ¿Disparar un rayo con las manos? ¿Faltar a la escuela? Shazam va a poner a prueba los límites de sus habilidades con la inconsciencia propia de un niño. Pero necesitará dominar rápidamente esos poderes para luchar contra el temible Dr. Thaddeus Sivana (Mark Strong), un hombre frustrado a quien el mago le negó los poderes cuando era chico y dedicó su vida a encontrarlo para reclamar lo que él cree que le pertenece y así demostrarle a su familia que no es la persona patética y débil que ellos creen.

Hay varios aspectos interesantes, divertidos y diferentes en esta propuesta de DC. En primer lugar, la película no tiene ningún tipo de pretensiones. En muchos de sus pasajes busca explotar un humor simple apoyado en la premisa de que es un niño atrapado en el cuerpo de un adulto con las habilidades suficientes para salvar al mundo pero también para hacer todo tipo de travesuras. Por otro lado, su comicidad es el faro que marca el camino de este largometraje por encima de la acción. Algo así, como una especie de «Deadpool» pero menos irreverente y más ATP.

Asimismo, si bien la película peca en algunos pasajes de ser un relato bastante convencional en términos de estructura de este tipo de films, logra brindar un villano correcto que incluso es establecido, formado y presentado antes que el mismo héroe, logrando que sus motivaciones sean suficientes (aunque no del todo innovadoras) como para presentar una fuerza antagónica decente.

Respecto a la narrativa, resulta funcional a lo que se nos quiere transmitir aunque por momentos haya ciertas inconsistencias e incluso una sobreexposición de información que ensombrecen en cierta forma todo lo que se había logrado. Aun así, estos pasajes no terminan de empañar el trabajo final.

Respecto al elenco, cabe destacar la química establecida entre Angel y Grazer, que es de lo mejor de la película, al igual que las interacciones de Grazer con Levi. Este trío lleva adelante la cinta con momentos realmente hilarantes. El casting es de lo más acertado de la obra, el personaje parece calzarle justo a Zachary Levi que con su timing para la comedia hace un trabajo destacado. Lo mismo cabe decir de Grazer que ya había demostrado su talento con su composición de Eddie en «It» (2018).

«Shazam!» es una película que encantará a los fans de los comics ya que está bastante bien llevada del papel a la pantalla grande (se tomó como referencia el reboot del personaje de 2011 de Geoff Johns y hay momentos calcados de esa exitosa re-imaginación del héroe), pero que también gustará a los que desconozcan la historia del mítico personaje de DC. Una experiencia divertida, algo liviana e inocente y bien en sintonía con la vieja escuela superheroica. Un personaje con mucho potencial para seguir explotando en futuras entregas.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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