Crítica de «The Innocents» de Eskil Vogt (2021)

Escrita y dirigida por el director noruego Eskil Vogt («Blind»), «The Innocents» sirve como una especie de coming of age en apariencia, pero con un atmósfera enrarecida y turbia de fondo que no hace más que enriquecer el relato sobre estos niños en pleno crecimiento que no solo tienen que lidiar con la cotidianidad de la infancia sino también con la aparición de misteriosos poderes que van desarrollando.

Eskil Vogt, habitual guionista de Joachim Trier («The Worst Person in the World»), retoma aquí ciertas cuestiones exploradas en «Thelma» (2017), película de su compatriota y colaborador, pero llevadas hacia un terreno más infantil y oscuro.

El largometraje sigue a una familia noruega que se muda a unos edificios estilo monoblock en las afueras de la ciudad. Ida (Rakel Lenora Fløttum) es la menor y Anna (Alva Brynsmo Ramstad) la mayor, la cual posee cierto grado de autismo. En dicho lugar, las chicas conocerán a un tal Ben (Sam Ashraf), un joven vecino y a Aisha (Mina Yasmin Bremseth Asheim), una niña solitaria.

Estos chicos parecen presentar cierta curiosidad por la naturaleza, el mundo y la gente que los rodea, pero desde un costado algo más sombrío que el habitual. Poco a poco dicha curiosidad se irá manifestando con Ida, viendo que su madre le presta más atención a su hermana que a ella entonces decide pellizcar fuertemente a Anna o llegar incluso al punto de ponerle vidrios en la zapatilla, ya que tiene la concepción de que no siente dolor. Por otro lado, Ben parece querer hacer sus propias exploraciones con un gato que habita en el vecindario, cosa que a la pequeña Ida le parece demasiado fuerte y decide separarse del chico. Poco a poco se irán dando situaciones extrañas donde seremos testigos de cómo los chicos poseen ciertos poderes extrasensoriales que pueden emplear más que nada cuando los adultos no están prestando atención.

La curiosidad de Ida y su atracción hacia la figura de Ben comienza a transformarse en terror cuando ve que su vecino cruza una línea hacia la crueldad de la cual resulta difícil de volver a atrás. A su vez, la revelación de estos poderes hace que Ida y Anna puedan reconectar e incluso entenderse mejor haciendo que tengan que unirse ante la figura de Ben.

«The Innocents» es de aquellas películas pequeñas, con un microcosmos que circunda casi exclusivamente a los niños, dejando de lado a los adultos que aparecen escasas veces a lo largo de todo el relato. Esa atmósfera intimista y opresiva que se cierne sobre los niños le juega a favor a un relato que se beneficia de geniales actuaciones de estos pequeños actores y actrices, así como también de una acertada dirección. La decisión de reducir el contexto de la historia a todo lo que se puede apreciar desde la perspectiva de los niños hace acordar a historias del estilo de «Stand By Me» (1986) en lo que respecta a solvencia narrativa y puesta en escena. Otro punto a favor del opus de Vogt es que su aproximación a la historia es mucho más visual que hablada, no solo ampliando el suspense del largometraje sino haciendo más intrigante y atractiva a la historia. Un film pequeño (tal como sus protagonistas) de gran intensidad que vale la pena descubrir.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

Martín Goniondzki

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