«Dead to Me», un final emotivo con sabor a poco

En 2019 se estrenó en Netflix la serie «Dead to Me», una comedia negra con tintes policiales que se centra en dos mujeres que se conocieron en un grupo de ayuda por perder a sus seres queridos y que empezaron una amistad a base de mentiras y traiciones. La segunda temporada, que llegó en 2020, repetía bastante la fórmula narrativa pero de todas maneras seguía siendo efectiva. 

Hacia fines del año pasado, casi tres años después, se estrenó la tercera y última entrega, que a pesar de algunas decisiones un tanto cuestionables, logra darle un cierre emotivo a la alocada historia de estas dos amigas.

Después del final de temporada, donde a Judy y Jen las embiste un auto y se escapa, ambas son enviadas al hospital. Sin embargo, Judy recibe malas noticias sobre su salud y Jen tiene que continuar viendo cómo maneja su relación con Ben,  al mismo tiempo que deberán seguir lidiando con el caso que las atormenta desde hace rato.

En esta oportunidad, el suspenso y el misterio pasan a un segundo plano con un caso que ya tiene demasiadas idas y vueltas, y la trama se centra más en el vínculo establecido entre ambas protagonistas. Se busca darle un cierre propicio a su historia, como también a la amistad que fueron construyendo con el tiempo. Para eso, se recurre a un tono mucho más emotivo y sentimental, cayendo por momentos en varios golpes bajos. En primer lugar, se suma un problema de salud de Judy que surge bastante de la nada, y, a pesar de que se busca principalmente dejar mensajes esperanzadores al hablar sobre la libertad, el aprovechar la vida mientras se pueda, enfocarse en las pequeñas cosas y las relaciones que nos hacen bien, por momentos se siente una manipulación emocional bastante importante.

La serie tiene a su favor la química que construyeron las actrices ya desde la primera temporada y que cada vez se solidifica aún más. Christina Applegate y Linda Cardellini crearon una linda amistad en la cual se apoyan y son incondicionales la una con la otra, y eso se transmite en la pantalla. Sus diálogos están plagados de humor negro e irónico para expresar sus pensamientos y sentimientos y retratar las distintas situaciones por las que tienen que atravesar, con gags bastante funcionales.

También vuelven algunos personajes que vimos en temporadas anteriores para sumarse a la despedida de la serie y darle un buen cierre no solo a las protagonistas sino a todos los que participaron, aunque a algún que otro secundario no se le termine dando una conclusión.

El final es algo triste y queda un poco abierto, aunque calculamos que la historia terminará acá y no va a tener una continuación. Fuera de eso, logran darle un cierre propicio a los personajes, sobre todo porque probablemente no tenían otra resolución posible.

En síntesis, «Dead to Me» se estiró un poco más de lo que debían, haciendo que se repita una fórmula ya establecida y no sepan bien cómo terminar la historia. Para eso recurrieron a tramas más emotivas pero a la vez angustiantes (algo innecesario) y dejaron un poco de lado el misterio para centrarse solo en el vínculo de amistad. Lo mejor de la serie fue sin duda la dupla protagónica que nos brindó momentos divertidos y sensibles.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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