Edward Norton, entre el talento y la disconformidad
Una nueva semana de estrenos se hace presente y llegó a las salas «Motherless Brooklyn», el nuevo drama policíaco escrito, producido, dirigido y protagonizado por Edward Norton. Desde que el tráiler vio la luz, se viene gestando gran intriga por el detective con síndrome de Tourette que busca aclarar el asesinato de su mentor. La cinta se ganó el título de “prometedora” y se cree que puede llegar a ser la pieza que resucite la estancada carrera del actor. Si bien estamos hablando de un talentoso artista, se lo reconoce también por su ego y obsesión en los sets de rodaje. En la actualidad, debido a su larga lista de inconvenientes en producciones pasadas, es tildado de conflictivo y se ve prácticamente marginado de la industria. Para conocer un poco más de su camino actoral, hagamos un repaso de su oscilante recorrido entre el talento y la disconformidad.
En primer lugar, su debut cinematográfico fue descomunalmente positivo. En 1996 logró participar en «Primal Fear», una película dirigida por Gregory Hoblit y protagonizada por Richard Gere y Laura Linney. Dicha performance lo hizo ganador del Globo de Oro al mejor actor de reparto y candidato al Oscar y BAFTA por la misma categoría. Después del fenomenal inicio, se lo proclamó como joven promesa y siguió adquiriendo prestigio con varias producciones hasta el estreno de «American History X» (1998). Una fuerte historia en la que encarnó a un cabeza rapada (SkinHead), que lo llevó a su segunda nominación al Oscar, esta vez en la categoría de mejor actor. Para el papel tuvo que ganar casi 14 kilogramos de masa muscular y se vio envuelto en varias controversias debido a las diferencias de opinión con el director Tony Kaye en cuanto a la edición del metraje. Finalmente logró imponer su corte final de la película, y de aquí en más su reputación de perfeccionista comenzó a tener más relevancia que la propia capacidad actoral. Un año más tarde llegó la cinta que terminó de consagrarlo como actor de elite. Se trata de la galardona obra de culto de David Fincher: «Fight club» (1999). Sátira basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk y en la que compartió pantalla con Brad Pitt.
Por consiguiente, con el inicio de un nuevo milenio, Norton se enfrentó a un nuevo desafío. Decidió incursionar en la dirección con «Keeping the Faith» (2000), protagonizada por Ben Stiller, Jenna Elfman y él mismo. Luego de la experiencia como director, volvió a ser noticia en el año 2002: Por un lado, se hicieron conocidas las disputas con Brett Ratner (director) por las discrepancias existentes en cuanto al guión de «Red dragon» (2002). Aparentemente Edward reescribió varias escenas y exigía rodarlas de esa manera. Por otro lado, fue muy elogiado por su interpretación en «25th Hour» de Spike Lee, donde interpretó a uno de los monólogos más queridos y recordados de su carrera.
En el año 2003 debutó «The italian Job», cinta dirigida por F. Gary Gray que tuvo la particularidad de obligar al artista a participar en ella. La productora Paramount Studios poseía un contrato firmado por tres largometrajes, así que amenazaron con demandarlo si no aceptaba trabajar. Sin más opciones, lo único que pudo hacer a modo de protesta fue negarse a promocionar la publicación de la película. Unos años después fue parte de «The Illusionist» (2006), un drama que contaba con mucho potencial, pero lamentablemente fue opacado por el implacable Christopher Nolan y su intrigante «The prestige» que tenía una estética e historia similar. Finalmente, en 2008 llegó su momento de ser superhéroe y personificó al mítico Hulk en el filme «The incredible Hulk» para Marvel Comics. La cual fue bien recibida en la taquilla y se consideró aceptable por parte de la crítica. Pero nuevamente la disconformidad le ganó al talento y fueron noticia los constantes enfrentamientos con el director y la productora. El actor reescribía escenas a diario e intentaba cambiarle el tono a la película, lo que no llevó a buen puerto y se concluyó en descartarlo del UCM (Universo cinematográfico de Marvel) para darle el papel a Mark Ruffalo.
Luego de los confusos episodios, pasaron varios años en los que Norton no resaltó por su performance más allá de alguna participación en películas de Wes Anderson («Moonrise Kingdom» – «The hotel Budapest»). Como consecuencia, se dedicó al desarrollo de Class 5 Films (productora de películas y documentales) y Crowdrise (Organización que recauda fondos para caridad). Su último gran acierto fue la galardonada «Birdman» (2014), donde participó en un rol secundario junto a Michael Keaton. En esta ocasión, Alejandro G. Iñarritu (director) confió en sus capacidades y le permitió demostrar de lo que está hecho. Por su gran labor logró, otra vez, posicionarse entre los nominados al Oscar en la categoría mejor actor de reparto.
En conclusión, sin duda nos encontramos frente a un artista de enorme potencial y con un gran camino transitado. Lamentablemente, por su personalidad fuerte y su poca predisposición colaborativa en los sets de rodaje, sostiene una mala reputación y muy pocas productoras barajan la posibilidad de contratarlo. Hoy en día, con casi 50 años, parece haberle llegado la madurez profesional y vuelve a arriesgarse en el rol de director (19 años después) con la esperada «Motherless Brooklyn». Una vez más, se ponen en juego sus facultades para la industria cinematográfica.
Javier Franco