ENTREVISTAS

Entrevista a Jennifer Ulrich, protagonista de «Dignidad»

En noviembre se estrenó en Amazon Prime Video la serie «Dignidad», una coproducción entre Chile y Alemania que busca hablar sobre Colonia Dignidad, una comunidad creada por los alemanes en la década del ’60 en el sur de Chile. Si bien aparentemente ayudaba a los aldeanos con salud y educación, hacia su interior existían malos tratos, abusos y hasta sirvió como centro de tortura durante la dictadura de Pinochet.

Jennifer Ulrich, actriz alemana que hizo en su carrera películas como «La Ola» o «Room 205», es la encargada de darle vida a Anke, una de las víctimas de la Colonia Dignidad, que desde pequeña estuvo sufriendo en aquel lugar, soñando con poder escaparse en algún momento.

En Cinéfilo Serial tuvimos la oportunidad de conversar con Jennifer para conocer un poco más sobre su preparación del personaje, su acercamiento a esta temática y su interés por realizar películas comprometidas con la sociedad.

– ¿Cómo surgió la oportunidad de sumarte a este proyecto? ¿Qué es lo que más te interesó?

– Honestamente, fue una feliz coincidencia. En enero de 2019, estaba de viaje en Chile para explorar el país. Compartí algunas fotos de mi viaje en Instagram y Facebook, con lo cual nuestro productor alemán Andreas Gutzeit me contactó, me contó sobre “Dignity” y me preguntó si me gustaría participar. Andreas y yo trabajamos juntos para la película «Open Desert» hace unos años y teníamos un gran deseo de embarcarnos juntos en este nuevo y emocionante viaje.

– ¿Conocías la historia de Colonia Dignidad? ¿Hiciste una investigación? ¿Pudiste hablar con las víctimas?

– Escuché hablar sobre Colonia Dignidad por primera vez en la película homónima de Florian Gallenberger y luego leí mucho sobre ella por interés. Durante la investigación para nuestra serie, leí muchos libros, vi documentales, entrevistas de televisión y fotos y tomé todo lo que podía encontrar en Internet. También me puse en contacto con Amnistía Internacional y ECCHR para obtener información y hablé con un amigo del camarógrafo que visitó la antigua Colonia Dignidad y me contó sobre las personas que se encontraban allí. El libro «Let’s Talk: Women’s Protocols from the Colonia Dignidad» de Heike Rittel y Jorgen Kawelat me brindó una gran impresión con respecto a la vida emocional de las mujeres en la secta.

– Tu rol es físico y psicológicamente agotador.  ¿Cómo preparaste a Anke?

– Durante la investigación y filmación me sumergí bastante en la vida emocional de estas personas. En la primera semana de nuestro rodaje filmamos y vivimos directamente en Villa Baviera (antigua Colonia Dignidad), así que estuvimos muy cerca de las víctimas de ese momento y pasamos mucho tiempo con ellos. Si las mirás a los ojos, podés ver el sufrimiento y las lesiones que estas personas han sufrido durante años. Les hicimos muchas preguntas y escuchamos historias profundas y personales. No podría haber tenido una mejor y más intensiva preparación para mi búsqueda del personaje. Traté de construir una Anke que es débil y fuerte al mismo tiempo. Básicamente, está sujeta a la fe de esta secta, porque ha crecido en ella. Por otro lado, hay una curiosidad infantil incontenible en ella por descubrir el mundo que se encuentra afuera. Ella quiere escapar a toda costa a la libertad y las garras de sus torturadores.

– ¿Cuáles fueron las escenas más difíciles de hacer? ¿Cómo fue el rodaje?

– Uno de los momentos más intensos que tuve fue en mi primer día de rodaje. Estaba encerrada en una caja subterránea. No sufro de claustrofobia, pero en el momento en el que la tapa se cerró sobre mí, de repente no estaba tan segura. De un momento para otro, sentí como si estuviera absorbiendo el dolor de todo este lugar. Las lágrimas estallaron en mis ojos al pensar que este era un método común de la secta para castigar la mala conducta, encerrar a la gente bajo tierra durante días. Una sensación terrible. Después me dijeron que una de las víctimas corrió llorando y le dijo a un miembro del equipo que eso lo habían hecho frecuentemente con él. Fue un comienzo muy emotivo para mí.

– ¿Crees que «Dignidad» tendrá una segunda temporada? ¿Qué crees que pasará?

– Espero que haya una segunda temporada. Todavía hay muchas historias para contar sobre la Colonia Dignidad. Esta parte de nuestra historia alemana y chilena ha sido ocultada, negada y le han prestado muy poca atención durante mucho tiempo. Es hora de que se informe y se hable más para que no vuelva a suceder.

No sé de qué se trataría, pero desde la vida de Paul Schäfer en el exilio en Argentina hasta el ascenso de la secta al poder en las décadas de 1960 y 1970 o la vida de las víctimas después de la fuga de Schäfer, todo podría estar allí.

– ¿Crees que las películas de terror que hiciste te ayudaron a hacer esta serie? Aunque no es una historia de terror, allí pasan muchas cosas malas.

– El maltrato físico y psicológico, la tortura, la explotación de las personas que vivían en Colonia Dignidad, eso es todo horror. Horror en su forma más emocional. Estas personas han vivido bajo el miedo constante. La comparación con una película de terror es obvia, por supuesto. Pero no diría que mi experiencia en el género de terror me ha ayudado con el rodaje, porque acá, a diferencia de “Room 205”, es una historia real sin fenómenos paranormales.

– ¿Qué impacto tuvo la serie?

– Cada uno aporta su influencia personal a una historia y al final es un gran y enriquecedor esfuerzo colaborativo que sólo enciende su magia a través de la participación de todos.

– Hiciste «Die Welle», una película que también muestra atrocidades realizadas por los alemanes. ¿Te interesan estas películas que analizan el pasado? ¿Por qué crees que son tan importantes?

– Los temas básicos de ambos proyectos, «La Ola» y «Dignidad», son la seducción, el abuso de poder y la manipulación. Tres aspectos de la humanidad que siempre han existido y siempre existirán. Las sectas, los grupos políticos, etc. juegan precisamente con estas cuestiones. Me parece increíblemente emocionante cómo y por qué la gente cae en tales grupos y se pierde en ellos. Desgraciadamente, podemos ver muy bien la situación política mundial actual y el crecimiento de la derecha, por lo que tenemos que seguir hablando de estas cuestiones una y otra vez. Deberíamos poder utilizar, por ejemplo, a Colonia Dignidad o La Ola como recordatorio de nuestra debilidad humana para mejorar el futuro y estar más atentos.

– También hiciste muchas películas extranjeras. «Dignidad» es una coproducción entre Alemania y Chile, ¿qué significa para vos trabajar en otros países?

– Me encanta trabajar en otros países. El intercambio cultural es, en mi opinión, uno de los mejores efectos de la globalización. Es un enriquecimiento aprender unos de otros y conocer un nuevo país y su gente y su cultura. En el caso de Chile-Alemania, también es extraordinariamente emocionante aprender cuán históricamente vinculados están estos dos países en muchos aspectos.

 

Samantha Schuster

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