CINE

“Escondidos en Brujas”: El escenario como protagonista

Muchas veces los verdaderos protagonistas de las películas son los lugares, ciudades o contextos donde se desarrolla la narración. Tal es el caso de la ópera prima de Martin McDonagh (“Three Billboards Outside Ebbing Missouri”) con “Escondidos en Brujas” (“In Bruges”, en su idioma original). El largometraje es una comedia negra con tintes de thriller que nos cuenta la historia de dos asesinos a sueldo, Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson), que tras el fracaso de una operación, reciben la orden de su jefe Harry (Ralph Fiennes) de abandonar temporalmente Londres y trasladarse durante algún tiempo hasta que se calmen las cosas a la ciudad de Brujas, en Bélgica.

Como bien adelantamos, la ciudad belga se presenta como un personaje más. Ubicada en Bélgica, a una hora de Bruselas, Brujas fue una importante ciudad comercial en la Edad Media, que se hizo muy rica. Sus fortunas disminuyeron, pero su arquitectura histórica, arte y canales permanecieron; para que, a fines del siglo XIX, se terminara convirtiendo en un popular centro turístico. McDonagh recuerda: «Cuando estuve allí por primera vez, tenía sentimientos divergentes sobre el lugar. Empecé a pensar en dos personajes que podrían responder a Brujas de distintas maneras, y comencé a escribir sobre ellos, con partes específicas de Brujas para que puedan interactuar a su alrededor”.

Los productores Graham Broadbent y Pete Czernin leyeron el guion y afirmaron: «Pensamos que el guion era increíble: presentaba un diálogo deslumbrante con una historia cautivadora y personajes maravillosos. Al visitar Brujas, se podía ver que ésta sería un personaje adicional. En el relato, la ciudad tiene una atmósfera tan elevada y es tan pintoresca, que cualquiera que sea el lugar en el que apuntes una cámara, se verá extraordinaria”.

El fuerte de la película radica en el excepcional guion escrito por el mismo director, el cual saca a relucir las miserias humanas, mediante personajes de moral cuestionable y métodos poco ortodoxos. Habitualmente, resulta difícil empatizar con ellos, pero uno termina haciéndolo gracias a la ambigüedad de sus personas. Todo forma parte de la profunda complejidad humana, y es así que el realizador logra un sello característico. A su vez, en este film se presenta una dualidad entre los actores principales reflejados en su gusto o actitud hacia la ciudad a la que fueron a refugiarse. Es por ello, que el escenario termina formando parte activa de la trama y resulta tan atractivo para el espectador. El actor Ralph Fiennes comenta al respecto: «La inquietud de estos personajes, en contra de una pequeña ciudad europea antigua, hermosa y bien conservada, hace un contrapunto perfecto. Martin tiene una voz muy particular: en su escritura, el humor cubre delicadamente a sus personajes completamente redondeados. Como director, demostró ser inteligente y generoso”.

A medida que se desarrolla el relato y nuestros personajes van siendo acorralados por sus adversarios o por el mismo destino que viene a hacerse presente como una especie de “justicia divina”, los tonos de la ciudad van cambiando y virando hacia algo más oscuro. McDonagh aclara: «A medida que la película progresa, Brujas se vuelve más oscura y sus cualidades góticas pasan a un primer plano. Las escenas nocturnas muestran eso incluso antes, como cuando Ray encuentra el set de cine inspirado en Hieronymus Bosch«.

Brendan Gleeson, Colin Farrell y Ralph Fiennes conforman una trinidad actoral sumamente inspirada, logrando unas interpretaciones excelsas que todavía enaltecen aún más al tremendo trabajo de guion de McDonagh. Una comedia negra inolvidable, con una crisis existencial planteada en los protagonistas que termina desembocando en un comentario irónico sobre las fuerzas de la causalidad.

A nivel técnico, se destacan la fotografía de Eigil Bryld (“The Last King of Scotland”) y la música de Carter Burwell (“Fargo”), que funcionan como la exteriorización del profundo dolor y tormento por el que atraviesa Ray luego de haber matado al niño durante la operación fallida.

La producción tuvo acceso a varias de las locaciones reales que se mencionaban en el guion y es por ello que parece que la ciudad cobra vida y se establece como el cuarto personaje en discordia. Broadbent señala: «Pedimos, y recibimos acceso directo a muchas de las ubicaciones reales específicas en las que Martin había establecido su historia. Las oficinas del alcalde, turismo y cine de la ciudad nos permitieron filmar allí«.

“Escondido en Brujas” marca el inicio de la excepcional carrera que viene desarrollando Martin McDonagh. Esto fue posible gracias a un cuidado proceso de producción, un guion excelente, un casting perfecto y la utilización de la maravillosa ciudad belga para que estos personajes se enfrenten en sus apacibles calles. Un extraordinario ejercicio cinematográfico.

Fuente: http://www.focusfeatures.com/article/production_notes___in_bruges_

 

Martín Goniondzki

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