“Game of Thrones” (S08E04), la política vuelve a tomar un rol fundamental

Después de la vorágine del tercer capítulo de la octava temporada de “Game of Thrones”, que no nos dio respiro alguno, era necesario bajar algunas revoluciones y tener un episodio más calmo en cuanto a la acción, pero sin dejar de lado la intensidad atmosférica en la que viven los personajes. Es así como ayer tuvimos “The Last of the Starks”, la cuarta entrega que volvió un poco a las raíces de la serie, otorgándonos un entramado más político que nos preparará para el final de esta gran producción. (ATENCIÓN: Este artículo contiene spoilers)

Los White Walkers fueron destruidos durante la Batalla de Winterfell (o al menos esto es lo que sabemos hasta el momento), haciendo que el enfrentamiento entre los vivos y los muertos haya quedado ya en el pasado, para pasar a preocuparse por quién ocupará finalmente el Trono de Hierro, una disputa política que supo tener un lugar de preponderancia en la serie, que luego fue desplazada por la mera necesidad de sobrevivir ante el advenimiento del Rey de la Noche y su séquito de caminantes blancos. Mientras que aquellos que consiguieron superar esta batalla quedaron dolidos física y psicológicamente, debido a la muerte de una gran cantidad de personajes, Cersei espera pacientemente junto a Euron Greyjoy en King’s Landing para enfrentarse a la Madre de los Dragones. Si bien el Rey de la Noche era un enemigo muy importante y podemos cuestionar la decisión de haberlo eliminado en la mitad de la temporada, no podemos negar que Cersei es lo suficientemente poderosa para cumplir el rolde una antagonista de peso. Esto queda demostrado no solo en su actitud cínica y maliciosa, sino también en las estrategias que realiza para su defensa.

Después de los festejos por la supervivencia de los vivos, es hora de prepararse para la última batalla por el trono. Acá empezamos a ver las verdaderas intenciones de los distintos personajes que se unieron por un enfrentamiento en común, pero que en cuestiones políticas tienen opiniones dispares. Daenerys, por su parte, siempre demostró su interés por tomar el trono, pero desde su discurso solía avalar la liberación del pueblo a través de formas legales y morales. Sin embargo, en el último tiempo se comenzó a ver una actitud más autoritaria y tirana, la misma que aclama rechazar. Ya no es relevante cómo se llegue a cumplir el objetivo, siempre y cuando se lo haga, sin importar la seguridad de un pueblo inocente. Sobre todo teniendo en cuenta que ahora encontró a un nuevo rival político mucho más cerca de lo que pensaba, con quien mantiene una relación sentimental: Jon Snow, o mejor dicho, Aegon Targaryan, el heredero directo al trono. De todas formas, él no tiene la intención de gobernar, una cualidad bien vista por algunos, principalmente por Varys, un personaje que siempre veló por el reino, independientemente de quien fuera a mandar en él. Es así como la Madre de los Dragones le pide a Jon su silencio, debido a que lo ve como una posible amenaza, teniendo en cuenta el cariño y admiración que provoca el protagonista en su gente por su constante lucha. Pero él no puede con su genio, su honestidad y lazos familiares pueden mucho más, y termina contándoselo a sus hermanas. Ellas prometen no decir nada, pero Sansa, quien últimamente es quien mejor está jugando este Juego de Tronos, se lo comenta a Tyrion, quien en realidad no debería tener ninguna intención de revelarlo, ya que él apoya a Daenerys, aunque en este último tiempo empezó a dudar de su cordura y a temerle más de lo que la admira. Algo que objetivamente recalca Varys, quien siempre demostró ser un gran estratega. Estas internas de poder entre los Targaryan, los Stark y todos aquellos que los rodean van a debilitar también al grupo en cuanto a la batalla que se avecina contra los Lannister/Greyjoy.

Frente a este capricho de Daenerys por invadir King’s Landing cuanto antes (decisión a la que Sansa se enfrenta debido al cansancio del ejército), provoca que se pierda gran parte de la flota, muera Reaghal, uno de los dragones (sobreviviendo únicamente Drogon), y Missandei, incitando la ira de Daenerys para lo que vendrá.  Ya cansada de estrategias verbales y políticamente correctas, se dejará llevar por sus instintos. Tyrion intenta realizar un encuentro “civilizado” entre ambas reinas, apelando a la poca humanidad que le queda a Cersei por su próximo hijo, algo que fue obviamente en vano.

El resto de los personajes que quedaron en el Norte también van tomando diferentes caminos. Los salvajes vuelven a su casa con Ghost entre la manada (una despedida que nos rompió el corazón), el Perro y Arya (luego de desestimar un casamiento con Gendry, el nuevo Lord de Storm’s End, porque desde un principio sabemos que ella no tiene pasta de Lady) se embarcan hacia King’s Landing con el objetivo de cumplir sus misiones (¿matar a la Montaña y a Cersei?), también lo hacen Jon y el ejército del Norte, mientras que Sam, Gilly (embarazada), Sansa, Bran, Jaime y Brienne se quedan en Winterfell, algunos por seguridad y otros para proteger a los hermanos Stark. Sin embargo, Jaime finalmente toma la decisión de abandonar a Brienne, después de haber concretado la relación que se venía gestado desde hace varias temporadas, para dirigirse también a King’s Landing, no sabemos muy bien con qué intenciones, si seguirá luchando por Cersei o si buscará terminar con el reinado de su hermana.

“The Last of the Starks” fue un capítulo que disminuyó la carga de la acción (aunque también tuvimos algunos momentos de lucha hacia el final que no se esperaban en un episodio así), pero aumentó los intrincados políticos; una fractura que se mantenía unida solo por el simple hecho de buscar sobrevivir, pero que ahora que están a salvo empieza a agrietarse cada vez más. Las estrategias se ponen en juego y tendremos que ver si los más pensantes, manipuladores y calculadores serán aquellos que prevalezcan o si los más sentimentales pondrán en práctica sus emociones para ganar la batalla. Solamente dos capítulos nos separan del final y próximamente volveremos a ver un enfrentamiento épico, esta vez entre dos reinas.

Adelanto del próximo capítulo:

 

Samantha Schuster

 

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