“House of Cards”: Un final con sabor a poco

Si bien en la quinta temporada de “House of Cards” nos mostraba más de lo mismo, haciendo que la historia ya se vuelva algo innecesaria, esta sexta entrega es de visualización obligatoria por dos cuestiones. Por un lado, es la última de la serie original de Netflix, y, por el otro, es la primera sin su protagonista más importante: Frank Underwood. Es de público conocimiento lo sucedido con Kevin Spacey y la decisión de la plataforma de apartarlo de la producción. De todas formas, la trama continúa sin él para darle un cierre a esta historia que nos viene acompañando desde hace seis años.

En vez de sus clásicos 13 capítulos, la sexta temporada de “House of Cards” tiene únicamente ocho episodios, en los cuales se sigue a Claire Underwood (o Hale, según su apellido de soltera) durante la Presidencia. Con unos nuevos enemigos con poder que serán una gran traba para su desempeño como máxima autoridad, una tensa relación con Rusia, y secretos, tanto de Frank como de ella y de personas de su entorno, que quieren salir a la luz, Claire tendrá la difícil tarea de sobrevivir.

Desde el principio de esta entrega nos encontramos con una rara sensación. Todo el tiempo se habla de Frank (lógicamente porque era el protagonista más importante de la serie) pero en ningún momento aparece, ni siquiera en forma de flashback. La última vez que lo vimos fue cuando intentó llamar a Claire estando fuera de la Casa Blanca y ella no lo atendió y ahora se retoma la historia a partir de su repentina muerte. Es por eso que se debió recrear ese lapso temporal que ocurrió fuera de la serie y encima debían hacerlo sin la presencia de Frank. Sabíamos que era difícil poder hacer una temporada sin su protagonista y a su vez era imposible sacar a esta figura de la historia porque era alguien central, generando este sentimiento de rareza en la narración. Claire sigue encontrándose a la sombra de Frank, no logrando brillar por sí misma, sino que resaltaba más cuando estaba junto a él.

De todos modos, tenemos ejemplos de otras series que también perdieron a su protagonista y que de todas formas pudieron reinventarse y otorgarnos una trama de calidad. Porque “House of Cards” no solamente sufre la desaparición de Frank, sino que tiene otras cuestiones que no terminan de cerrar. Por un lado, se incorporaron dos personajes principales que adquieren un gran poder rápidamente y que manipulan y enfrentan a Claire sin tapujos, pero que aparecieron de la nada. No existe una sólida explicación de por qué ahora los conocemos ni dónde estaban antes ni cómo se alinearon con Frank (más allá del vínculo de la infancia que comparte una de ellas con Claire). Lo mismo sucede con varios personajes que sí conocíamos anteriormente pero que regresan sin mucho peso. Vuelven a desafiar a la Presidente pero no terminan haciendo nada.

Por otro lado, vemos que tanto Claire como otros personajes se apropian de algunos modismos de Frank, como la ruptura de la cuarta pared que les permite hablar con el público, cuando nunca (o una sola vez, en el caso de Claire) lo habían hecho anteriormente. Lo mismo ocurre con el recurso del flashback, que no se había utilizado antes y que ahora lo incorporan para mostrar parte de la infancia/adolescencia de Claire y generar algún tipo de empatía o mayor vínculo con el público. Algo innovador, pero a la vez un poco forzado.

También tenemos un montón de actos injustificados o poco creíbles, que no tienen mucha razón de ser. Sin dar muchos detalles de la trama, podemos decir que estas soluciones o situaciones aparecen de la nada, sin seguir una línea coherente con lo que venía sucediendo. E incluso hablando del gran final, si bien nos dan una resolución potente, la historia queda algo inconclusa. Cuando la imagen se funde a negro no sabemos bien cómo terminó la vida de los personajes ni de la Nación, como si fueran a realizar una temporada más. Se sintió como un gran cliffhanger de final de temporada pero no un atinado final de serie.

La sexta temporada de “House of Cards” era una jugada muy difícil de realizar, pero muchas series lograron renacer de sus propias cenizas y darle al público no solo un cierre digno sino varias continuaciones más que satisfactorias. “House of Cards” tenía a su favor el personaje de Claire, una mujer implacable, más despiadada que su marido, que juega con su figura femenina y el mismo feminismo para mantenerse en el poder. También al rol de Doug Stamper, un fiel seguidor y compañero de Frank. Ambos estaban decididos a hacer todo por sus ideales y objetivos. Pero no logró soltar la pérdida de Frank a lo largo de toda la entrega, generando no solo una rara sensación, sino que Claire no pueda brillar por sí misma. Malas decisiones de guion, incoherencias, personajes que salen de la nada y que no tienen un gran peso argumental y un final con muchas preguntas más que respuestas, hacen que esta temporada opaque el buen resultado que venía teniendo “House of Cards” durante todo su camino.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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