Roland Emmerich: Sinónimo de acción y catástrofe
A pesar de haber realizado varias producciones alemanas que le valieron gran reputación gracias a sus exitosos efectos especiales, es uno de los cineastas más criticados Hollywood. Roland Emmerich en este 2022 regresó con «Moonfall» y sigue apostando a los films envueltos en destrucciones sin importar las opiniones negativas hacia él.
El director sostiene: «No estoy haciendo estallar cosas solo por hacerlas explotar; siempre hay un punto de historia para ello».
Se lo considera un especialista en películas de catástrofes. Lleva más de 30 años en la industria y sigue estrenando películas a pesar de las críticas. En su cumpleaños número 65, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, le rindió homenaje indicando que había logrado que todo el mundo se fijara en el cine alemán. Su apodo de «Maestro del desastre» es debido a su predilección por los escenarios colmados de siniestros.
Emmerich era un niño creativo. Mientras estaba en la escuela, volvía a casa y pasaba horas haciendo esculturas y pinturas, eventualmente desarrollando un don para diseñar extraterrestres y monstruos. Además, solía mirar películas americanas y alemanas nativas en gran cantidad. Asistió a la Universidad del Cine y la Televisión de Múnich con intención de convertirse en diseñador de producción. Pero después de ver «La Guerra de las Galaxias», decidió matricularse en un programa de dirección cinematográfica.
Comenzó su carrera con «El principio del arca de Noé», su tesis doctoral de 1981, una película estudiantil que resultó ser la más costosa de la historia, que incluso abrió el Festival Internacional de Cine de Berlín de 1984. En 1985, fundó Centropolis Film Productions (ahora conocida como Centropolis Entertainment) junto con su hermana, la productora Ute Emmerich, y dirigió su mayor película como debutante, un filme de fantasía llamado «Joey». La hizo en inglés, algo no habitual en una película alemana, para atraer a los productores de la meca del cine. Posteriormente dirigió la comedia «Hollywood Monster» (1987) y una de ciencia ficción en 1990, «Moon 44». Aunque Emmerich las rodó en inglés para ir en contra de los estilos convencionales alemanes en un intento de atraer un mercado más grande, solo fueron proyectadas en cines de su país de origen y sus países fronterizos. No fue hasta 1992 que hizo su debut como director de Hollywood mediante «Soldado universal» de gran éxito de taquilla, y uno de los mejores títulos protagonizado por Jean-Claude Van Damme. La cinta recibió críticas mixtas y en su mayoría de prensa en contra, a pesar de ello se convirtió en una película de acción de culto (le siguieron dos secuelas directamente para video: una para ser proyectada en cines y otra secuela programada para 2010). Luego una aventura fantástica como «Stargate» (1994), siendo una de las películas más taquilleras de ese año, estableciendo a Roland en las filas de los directores de cine estadounidenses frescos más exitosos. Llegó a ser comercialmente más triunfante de lo que la industria del cine había previsto. Otros logros en recaudación fue «Independence Day» (1996), a tal punto que ha sido la segunda película más taquillera del mundo.
Pero existió un periodo después donde sufrió algunos altibajos y a partir del año 2000 comenzó su búsqueda de volver al podio, de estar en boca de todos. En 2004 es cuando llega «The Day after Tomorrow», consagrándose con este film de desastres naturales éxito en taquilla al igual que «10, 000 aC», pero mal recibida por los críticos y hasta la fecha, conocida como su peor película. En 2009 apareció «2012», una película de desastres sobre el fin del mundo en el año 2012, que nuevamente fue un éxito comercial pero un fracaso crítico.
En el campo de la producción, ha respaldado filmes como «Nivel 13», «Arac Attack» y «Trade, El precio de la inocencia». Solo una de sus quince películas («El patriota», con Mel Gibson) cuenta con una valoración positiva de la crítica. Lo tildan como el director más nefasto de la actualidad y ha sido nominado a un premio Razzie a lo peor del año en Hollywood hasta en cinco ocasiones.
Es un cineasta que recibe incesantes comentarios por la pobre forma de narración, imprecisiones científicas y anacronismos, del desarrollo ilógico del argumento, y de la falta de profundidad en sus personajes. A su vez podríamos decir que hace sus cintas no sólo por reconocimiento, sino también porque ha trabajado en aumentar la concientización sobre el calentamiento global.
Emmerich sostiene que no se desanima por críticas tan negativas, y que se propone ofrecer entretenimiento agradable para el público «de la gran pantalla» afirmando que es «un director, no un científico», crea su propia ficción basada en la ciencia o las historias reales para que el mensaje que lanza sea «más emocionante».
Trata de llegar a un público amplio sin los recursos más fáciles de la meca del cine.
Noelia Giacometto