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«Sky Rojo», entre el humor y la reflexión

De los creadores de «La Casa de Papel», Álex Pina y Esther Martínez Lobato, llegó una nueva producción española a Netflix que dio mucho de qué hablar. Se trata de «Sky Rojo», una serie de 8 capítulos de 25 minutos de duración, que ya tiene una segunda temporada confirmada que se estrenará el 23 de julio.

Coral, Wendy y Gina se escapan del Club Las Novias, prostíbulo en el cual trabajaban, luego de un inconveniente con su dueño. Sin embargo, esta huida en busca de la libertad no será tan fácil, porque Moisés y Christian, secuaces de Romeo, el proxeneta, las seguirán hasta traerlas de vuelta al negocio. Juntan iniciarán una carrera desesperada en la que se enfrentarán a todo tipo de peligros.

«Sky Rojo» es una serie que fue concebida para ofrecerles a los espectadores distintas sensaciones, que vayan desde la comedia de acción hasta el drama. Sin embargo, podemos notar que la producción tiene un problema para definir su tono, porque este traspaso de géneros se da de manera muy abrupta, que no termina de ser ni una cosa ni la otra.

Por un lado nos proporciona una historia entretenida y atrapante, donde nos deja con ganas de saber qué va a pasar con las protagonistas. El humor negro está presente durante la mayor parte del tiempo, aportando una cuota más de divertimento. Sin embargo, también tiene algunos momentos más dramáticos, donde se pone más seria y ahonda en el trasfondo de los personajes y en las cuestiones que las llevaron hasta su presente. Cuando la serie logra profundizar un poco más en el tema de la trata de personas, la explotación, la mirada del otro, la búsqueda de un futuro mejor, la dificultad de salir de ese mundo, el rol de la mujer en la sociedad, el machismo, entre otras temáticas, se vuelve mucho más interesante, arriesgada y reflexiva, sobre todo porque los aborda desde un costado crudo y directo. El problema es que no se termina de jugar al 100% por este camino, cambiando rápidamente de tonalidad.

Pero si uno toma a la serie como un mero entretenimiento, seguramente quedarán más que satisfechos, ya que posee un ritmo dinámico y frenético, por las diversas situaciones que tienen que atravesar las protagonistas. Además, se beneficia por la corta duración de sus capítulos, incentivando a una maratón en cuestión de horas.

A través de flashbacks y una voz en off nos acercan a este mundo que viven aquellas mujeres, describiendo su realidad sin tapujos y reflexionando sobre su posición. Estos recursos están acompañados por una fotografía con colores llamativos y una banda sonora que no siempre funciona; algunas canciones se cortan abruptamente con alguna situación.

El trío protagónico está encarnado por tres mujeres de diferentes latitudes: la española Verónica Sánchez, la cubana Yani Prado y nuestra argentina Lali Espósito. Las tres logran brindarnos buenas y creíbles actuaciones, cada una adaptándose a su rol particular. Sánchez es la que está más dañada internamente, Prado es más ingenua e idealista y Espósito presenta su frescura característica que le impregna gracia a todo lo que hace.  Además se nota la química que hay entre ellas, tanto por su unión como por sus asperezas. En su contra, tal vez los personajes no están tan desarrollados, solo nos cuentan lo justo y suficiente de su pasado y su evolución consiste únicamente en adaptarse a la vida fuera del club y decidir quiénes quieren ser con esta nueva libertad.

En cuanto a los antagonistas, si bien se convierten en ese peligro latente y constante para los personajes principales, tampoco están demasiado profundizados (solo presentan una historia personal de base) e incluso Romeo se vuelve un poco caricaturesco. Miguel Ángel Silvestre y Enric Auquer (que presenta algunos matices más interesantes) se ponen en la piel de los secuaces; mientras que Asier Etxeandia hace del proxeneta.

«Sky Rojo» nos recuerda por momentos al éxito mayor de sus creadores, «La Casa de Papel», donde la lógica se desdibuja un poco, los personajes están dispuestos a todo sin medir las consecuencias y siempre tienen las herramientas para conseguirlo. Una serie que no logra definirse entre ser seria y profundizar temas importantes y necesarios como la trata de personas o quedarse en un simple entretenimiento de comedia de acción. De todas maneras, gracias a sus protagonistas, su dinamismo y tensión cumple su objetivo de atrapar y divertir al espectador.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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