Un repaso por el cine uruguayo

El comienzo del cine uruguayo data de 1898, cuando el empresario Félix Oliver adquiere una cámara de filmación y realiza el primer documental “Carrera de bicicletas en el velódromo de Arroyo Seco”. Pero la primera película de ficción llega en 1920 con “Pervanche”, dirigida por León Ibáñez.

A partir de entonces comenzará un incremento dentro de la industria cinematográfica uruguaya, con más de 50 películas realizadas entre 1898 y 1993. Pero esa producción se caracterizaba por su escasez de recursos y su intermitencia. Las excepciones fueron “Soltero Soy Feliz” (1938), “Radio Candelario” (1938), “Uruguayos campeones” (1948) o “El lugar del humor” (1979).

Recién en 1993 existe un momento bisagra en la industria nacional. Beatriz Flores Silva dirige su primer largometraje, que alcanza una gran popularidad para la época, mientras que en 1994 se filmó la cinta con el presupuesto más ambicioso hasta la fecha, titulada “El dirigible”, que se acercó al millón de dólares. Esto generó que la crítica (nacional e internacional) y el público coincidieran en cuanto a la calidad de las obras.

Pero el boom del cine nacional llegaría en el siglo XXI, con “25 Watts” de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella en 2001, film que recibe diez premios, entre ellos la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Róterdam, y que se centra en la vida de unos jóvenes uruguayos. El mismo lanzó al estrellato a Daniel Hendler.

También 2001 se estrenó “En la puta vida” de Beatriz Flores Silva, película con un gran éxito comercial tanto a nivel nacional como internacional.

Entre otros films, se destacaron “El viaje hacia el mar” de Guillermo Casanova, el documental “Aparte” de Mario Handler, y “Whisky”, nuevamente de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella.

Estas producciones se realizaban de manera más continua, bajo mejores condiciones de rodaje, un mayor reconocimiento internacional y un marcado ascenso del público nacional en las salas uruguayas.

Desde entonces hasta la actualidad, el cine uruguayo sigue la misma línea de dicha década, destacándose el debut cinematográfico de Daniel Hendler con “Norberto Apenas Tarde”, el estreno de la primera película de terror nacional (tuvo su remake estadounidense), «La casa muda», la cual fue una de las más taquilleras de país, entre otras producciones de todo tipo de géneros.

El documental es el género por excelencia de Uruguay, con más de 80 películas. Uno de sus mayores exponentes es el director Mario Handler, referente latinoamericano de este tipo de cine desde los años ’60. Films como “Me gustan los estudiantes” (1968), “Aparte” (2003) o “Decile a Mario que no vuelva” (2007) muestran realidades de su país o su historia reciente con crudeza y melancolía.

Samantha Schuster

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