21° BAFICI: «Aniara» de Hugo Lilja y Pella Kagerman (2018)

Desde Suecia nos llega este intrigante film de ciencia ficción en un futuro post apocalíptico donde la humanidad debe embarcarse en una nave que la llevará a Marte, ya que la vida en el planeta Tierra está amenazada por fenómenos naturales y todo tipo de catástrofes. El problema es que la nave, llamada Aniara, es golpeada por desechos espaciales y sacada de su curso. Las cosas se complican cuando la tripulación se ve obligada a vaciar el combustible para no correr el riesgo de sufrir alguna explosión. Es entonces cuando los miles de pasajeros quedarán a la deriva esperando toparse con algún cuerpo celeste sobre el cual pueda orbitar para recuperar el rumbo, el tema es que el viaje estipulado en 3 semanas de duración pasará a tener años de prolongación.

El largometraje está basado en un poema de Harry Martinson y fue escrito por la pareja de directores. Un film atrapante es su primera mitad y con varias ideas atractivas para explorar. No obstante, con el correr de los minutos la historia comienza a sufrir un estancamiento del cual parece quedar presa al igual que los pasajeros de la nave. Eso no quita que varios de los aspectos existencialistas y sociales que intenta abordar la cinta no sean provocativos y transgresores, pero quizás se haya olvidado en el transcurso de la narración de presentar situaciones más atractivas y demostrativas de lo que se busca contar.

Lo que resulta realmente digno de mención es todo lo relacionado con la puesta en escena, el diseño de producción y la dirección de arte de este film que encuentra en los aspectos visuales y estéticos su rasgo distintivo más fuerte. Hugo Lilja y Pella Kagerman construyen una ópera prima más que digna que en varios momentos recuerdan a varios clásicos de la ciencia ficción como por ejemplo «2001: Odisea del Espacio», sin embargo, la dupla directora concibe en este aspecto una espada de doble filo, ya que termina siendo tanto una virtud como una falencia (a veces el relato peca de presuntuoso).

Asimismo, si bien la premisa resulta ser un interesante punto de partida, el principal problema que atraviesa la película es que los personajes que hacen avanzar la historia no son del todo fuertes o atractivos como para que el espectador se interese por ellos.

«Aniara» es un ejercicio de género ambicioso que plasma con pericia la desesperación, las frustraciones y todo tipo de comportamientos del ser humano ante la adversidad. Un film visualmente impactante y narrativamente inquietante que sufre de ciertos baches narrativos pero que igualmente vale la pena visitar.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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