33° MDQ Film Fest: “Roma” de Alfonso Cuarón (2018)

Cleo (Yalitza Aparicio) es una joven sirvienta de una familia que vive en la Colonia Roma, barrio de clase media de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, el director mexicano Alfonso Cuarón se inspira en su propia infancia para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales durante la agitación política de la década de 1970.

Por Martín Goniondzki

Ya no es una novedad que Alfonso Cuarón («Children of Men», «Gravity») es uno de los directores más importantes y prolíficos de la actualidad. Su visión como autor y su entendimiento del medio audiovisual exudan cinefilia en estado puro. En esta ocasión, el realizador mexicano decidió dejar momentáneamente la grandilocuencia de la industria hollywoodense para contar una historia más intimista y personal que refleja su infancia en México en la Colonia Roma, un barrio de clase media de Ciudad de México.

El director, además de escribir y dirigir, se encarga de realizar la exquisita fotografía que muestra su profundo entendimiento del espacio escénico, el manejo de la cámara y un maravilloso trabajo compositivo. Cada imagen de «Roma» conforma una verdadera obra de arte en blanco y negro. Pero la estética no es solamente el único triunfo del film, sino que también estamos ante un enorme trabajo a nivel actoral y narrativo.

El autor sabe muy bien cómo insuflar a sus historias de emotividad y a sus personajes de una carga sensitiva que transformará las evoluciones de sus arcos dramáticos. El personaje de Cleo tiene que cuidar a los hijos de su patrona durante todo el día y así crea un vínculo afectivo donde los termina queriendo como si fueran sus propios hijos. Por otro lado, se verá la contraposición de este punto cuando se entera que está embarazada luego de tener uno de sus primeros encuentros sexuales. El personaje de esta mujer es bastante complejo y está lleno de matices que le van dando un carácter propio y provocando un claro crecimiento a lo largo de todo el metraje.

Puntaje:

 

 

Por Samantha Schuster

Filmada en blanco y negro, la película que se estrenará exclusivamente en Netflix el 14 de diciembre nos muestra un equilibrio entre el sufrimiento y el amor. Tanto la protagonista como el resto de las mujeres adultas deberán transitar por situaciones traumáticas y complejas, al mismo tiempo que tendrán donde apoyarse y razones por las cuales sentirse felices. Existen algunos pasajes muy fuertes, que apelan a los golpes bajos y a conmover al espectador, pero siempre en pos de otorgarnos una historia realista como la vida misma. A pesar del drama, son varios los instantes de comedia ya sea por los gags humorísticos como también por la inocencia en los diálogos con los más pequeños. Un buen recurso para darle un poco de respiro a la audiencia.

El drama se ve plasmado tanto en la historia como en la fotografía (dirigida por el mismo Cuarón) y la música utilizada. Tal vez algo un poco negativo del film es el sonido. Se escucha demasiado el ruido ambiente, como si el micrófono captara toda la situación, no solo lo que está pasando frente a nuestros ojos. Esto provoca que algunos diálogos en español se puedan perder o pasar desapercibidos. De todas formas, esto tampoco es una decisión aleatoria del director, sino que también nos muestra el ruido con el que convivimos día a día, no solo de una manera literal sino más que nada metafóricamente.

El elenco está integrado por actores únicamente hispanohablantes, una decisión digna de destacar, porque en Hollywood solemos tener a aquellas personalidades que se hacen pasar por otras nacionalidades o realizan acentos en vez de que busquen contratar intérpretes del país al que representan. Todos se encuentran muy bien en sus papeles, sobre todo las mujeres a las cuales Cuarón quiere homenajear, su madre (protagonizada por Marina de Tavira) y su niñera (Yalitza Aparicio), quienes a pesar de tener personalidades diferentes demuestran su fortaleza y su constante lucha.

Puntaje:

 

 

Por Federico Vargas:

“Roma” presenta pocas problemáticas que le pasan a los personajes en sus dos horas con quince minutos de duración, las cuales se encuentran muy bien desarrolladas, a pesar de sentirse alargadas más de lo necesario por algunos instantes. Igualmente, llegan a su punto más álgido cuando tienen que hacerlo.

Lo que también logra destacarse es la química que tienen la gran mayoría de actores y cómo se consiguió un buen trabajo con el elenco de los niños, repartiendo ese protagonismo e importancia que la cinta necesitaba. Los niños no molestan cuando están en pantalla, a pesar de que los conflictos pasen más por las mujeres adultas, ni están puestos en escenas de más solo para que destaquen.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

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