39° MDQ Film Fest: «Un Hombre Diferente» de Aaron Schimberg (2024)
La transformación del propio cuerpo, las consecuencias que esto trae aparejado y los resultados a nivel psicológico que todo eso conlleva es uno de los temas más abordados en el cine actual. Tendrá que ver con el miedo al cambio, la posible pérdida de identidad y otros tantos aspectos lo que vuelven a esta cuestión tan atractiva para el séptimo arte. Quizás esto sea parte de la naturaleza humana y con eso podamos explicar cómo este mismo año tuvimos la posibilidad de que una película como «La Sustancia» de Coralie Fargeat quede resonando en la mente de los espectadores por llevar el body horror, tan denostado o marginalizado décadas atrás, a la escena festivalera internacional. Y lo logró con osadía, poniendo en la mesa temas de actualidad con una absoluta solvencia.
De esa misma forma, pero yendo hacia un terreno menos moralista, surge el relato de Aaron Schimberg, realizador de «Chained for Life» (2018), quien decide ir por una aproximación menos efectista y más sardónica sobre un temática similar.
En «Un hombre diferente», Edward (Sebastian Stan, quien viene atravesando un año espectacular con este relato y «El Aprendiz» de Ali Abbasi), es un actor neoyorquino que padece de neurofibromatosis. Dicha afección no solo lo condiciona como intérprete, respecto a los papeles disponibles que le suelen ofrecer (especialmente videos empresariales sobre la inclusión/integración de individuos con ciertos padecimientos en el ámbito laboral) sino que también en el plano social es víctima de miradas condenatorias y en el afectivo lleva una vida bastante solitaria. Un día Edward se entera de un tratamiento quirúrgico experimental el cual promete una transformación radical a nivel físico. Si bien los resultados son mejores de los que esperaba, su vida parece no cambiar tanto como podría haber anticipado. Su cambio externo le permitió acceder a ciertos beneficios, pero en otros aspectos sigue siendo la misma persona y no logra despegarse del todo de su antigua vida.
Lo más interesante de la propuesta de Schimberg se apoya en el tono juguetón y políticamente incorrecto que tiene el relato, donde se habla de los cánones de belleza, las apariencias y la propia concepción de uno mismo llevados hacia un terreno de la exageración y al mismo tiempo poniendo en ridículo a la condescendencia del otro o el querer subirse a las «temáticas de moda» o a causas nobles como puede verse ejemplificado en la obra que construye el personaje de Ingrid (Renate Reinsve) la vecina de Edward. A su vez, la decisión de este último de cambiar su nombre y empezar de cero después del éxito del procedimiento, habla un poco de cómo la sociedad americana moderna reniega del pasado y busca borrar toda huella evidente, siendo propensa a cometer los mismos errores que se produjeron con anterioridad.
Con cierto aire a «Eterno resplandor de una mente sin recuerdos» (2004) y al cine de Charlie Kauffman en general, «Un Hombre Diferente» se presenta como una interesantísima comedia negra que se beneficia de una lograda composición de Sebastian Stan como el atribulado protagonista, así como también de Adam Pearson (un actor que padece la condición del protagonista en la vida real) y un sólido guion que apela a la sordidez y a la extrañeza para construir esta estupenda crítica social que no cae en la superficialidad o en la moralina obsecuente.
«Un Hombre Diferente» forma parte de la sección Autoras y Autores del 39° Festival de Cine de Mar del Plata y se puede ver el viernes 29 a las 11 y a las 20.30 hs en el Paseo Aldrey (Sala 6) y el sábado 30 a las 19.30 hs en el Paseo Aldrey (Sala 5).
Puntaje:
Martín Goniondzki