Anya Taylor-Joy: de la Argentina al mundo
Ella fue una bruja del siglo XVII, hija de Marie Curie, joven de la alta sociedad de Jane Austen, heroína mutante de Marvel, ajedrecista internacional de Netflix, «mujer de color» según la revista Variety, deidad de los argentinos, amante de las empanadas y el helado de dulce de leche. Hablemos de Anya Taylor-Joy, la nueva representante internacional de la casaca blanquiceleste.
La reciente cumpleañera, Anya-Josephine Taylor-Joy, es una actriz y modelo británico argentina que nació en Miami el 16 de abril de 1996. Es la hija de un exbanquero escocés argentino y una fotógrafa anglo española. Su crianza se repartió entre Buenos Aires y Londres. Vivió en la Argentina hasta los seis años y, a pesar de su inconformidad, toda su familia se mudó a Londres. Allí terminó sus estudios y comenzó su carrera de modelaje y actuación.
En esta ocasión, vamos a pasar por alto su crecimiento en el mundo del modelaje y la publicidad para enfocarnos en sus trabajos dentro de la industria audiovisual. El ascenso al éxito fue repentino y sin mucho preámbulo. Debutó en la pantalla chica en un episodio de la serie televisiva «Endeavour», en el año 2014. Al año siguiente participó en varios capítulos de la serie británica «Atlantis» y en el telefilme «Viking Quest». Sin embargo, todo ese trabajo quedó opacado por su debut cinematográfico, con protagónico incluido, en la ópera prima de Robert Eggers: «The Witch». La novedad del estudio A24 se hizo reconocida a nivel mundial y fue un momento bisagra para la trayectoria de la actriz. Desde entonces, todo fue éxito y elogios.
Durante el 2016 se dedicó completamente al cine. Trabajó en tres películas. Dos fueron de presupuesto medio, la cinta sci-fi «Morgan» y la biopic de Barack Obama «Barry». La tercera significó su llegada al cine mainstream de la mano de M. Night Shyamalan. Junto con James McAvoy protagonizó «Split», una obra de suspenso y terror psicológico que obtuvo muy buenas críticas. El 2017 lo dedicó a «Thoroughbreds», largometraje donde coprotagoniza junto a Olivia Cooke, y «El secreto de Marrowbone», donde comparte pantalla con George MacKay, Charlie Heaton y Mia Goth. También regresó a la televisión con un protagónico en la miniserie de la BBC «The Miniaturist» donde interpreta a la joven Petronella «Nella» Oortman.
En el 2018 bajó su ritmo laboral, solo estrenó el cortometraje «Crossmaglen». Al año siguiente volvió al ruedo para retomar su papel de Casey Cooke («Split», 2016) en la cinta «Glass», nuevamente dirigida por M. Night Shyamalan. Al mismo tiempo, fue parte de «Radioactive», una biopic de Marie Curie protagonizada por Rosamund Pike. Coronó la temporada con su incorporación a la aclamada serie «Peaky Blinders», encarnando a la misteriosa Gina Gray. Como detalle de color, Taylor-Joy prestó su voz para la película animada «Playmobil: The movie» y la serie «The Dark Crystal: Age of Resistance».
Su segundo año bisagra fue el 2020. Si existía alguien que aún no la tenía en su radar, no dudaría mucho luego del estreno de la miniserie que la terminó de consagrar como joven promesa de Hollywood. El boom que generó «The Queen’s Gambit» fue totalmente abrumador. Durante el peor momento de la pandemia, Netflix lanzó una serie biopic de una ajedrecista y, contra todo pronóstico, se convirtió en lo más visto y comentado mundialmente durante varias semanas. El logro no quedó ahí, sino que le valió su primera estatuilla en los Golden Globe Awards y en el Screen Actors Guild Awards. El mismo año continuó su camino en la pantalla grande con «Emma», una comedia dramática basada en la novela homónima de Jane Austen y dirigida por Autumn de Wilde. También coprotagonizó el largometraje irlandés «Here Are the Young Men» donde, a pesar no tener una gran aceptación, la performance de nuestra artista fue bien recibida y celebrada por la crítica. Algo similar sucedió con «The new mutants», una película víctima de los retrasos que terminó por estrenarse bajo comentarios muy negativos y un sinfín de detractores.
Si analizamos su breve pero contundente trayectoria, podemos deducir que los creadores de contenido la suelen preferir para producciones que tienden al drama y suspenso con toques de terror. Sin embargo, su amplio talento actoral le permiten incursionar en otros géneros más descontracturados como la comedia, tal es el caso de «Emma». Su prueba de fuego se dio cuando fue convocada como anfitriona para el mítico «Saturday Night Live» el año pasado, donde se tomó la libertad de hablar en español para orgullo de sus compatriotas.
En línea con lo mencionado, el cineasta Edgar Wright, aclamado genio cómico estadounidense, posó sus ojos en ella para protagonizar su primera apuesta dentro del género del terror psicológico: «Last Night in Soho». Nuevamente la comedia y el terror se unieron en la pálida piel de la actriz. En esta ocasión compartiendo pantalla con otra joven estrella en ascenso, la neozelandesa Thomasin McKenzie.
Así llegamos a la actualidad. En 8 años de carrera, con un total de 17 películas y 6 participaciones en series, Anya Taylor-Joy es la nueva cara argentina que nos representa globalmente en el mundo del espectáculo. Aquella bandera que en algún momento enarboló el querido Viggo Mortensen, hoy se encuentra en sus manos. A pocos días del debut de su última obra, una nueva colaboración con Robert Eggers, se encuentra en la cresta de la ola. «The Northman» está a la vuelta de la esquina y ya se anunció su participación en el remake de «Nosferatu» y «Furiosa», una precuela de «Mad Max» (2015). Sin ser una artista conflictiva y con la humildad a flor de piel, solo deparan buenas cosas para su futuro. La fanática del helado de dulce de leche y las empandas, seguirá dando alegrías al apasionado pueblo argentino.
Javier Franco