«BoJack Horseman» volvió con una quinta temporada divertida y devastadora

“BoJack Horseman” volvió en gran nivel con su quinta temporada el pasado viernes. De todas formas, esto ya no es noticia. Es una serie que está acostumbrada a demostrar, año tras año, por qué debería estar considerada dentro de lo mejor del catálogo original de Netflix. El caballo que habla continúa haciendo reír a carcajadas; pero sobre todo, emociona, hace reflexionar, y hasta tiene el poder de destruir internamente a más de un espectador.

La cuarta temporada había dejado el listón muy alto, con un nivel de dramatismo tan realista que es poco normal verlo en una serie animada. Incluso, resulta mucho más efectivo y mejor construido que aquel que tienen varias historias que no se realizan en animación. Si bien siempre tuvo personajes complejos y con un trasfondo espectacular, temporada a temporada fue tomando mayor fuerza el lado serio de “BoJack Horseman”, hasta el potente final de la última temporada con la historia del protagonista con su madre. De todos modos, en ningún momento frenan las referencias a la cultura pop, la crítica social a la hipocresía de Hollywood y las locuras de varios irreverentes personajes.

Retomando el final de la cuarta entrega, “BoJack Horseman” arranca desde donde terminó. Y esta vez, la trama se mueve alrededor de una nueva serie que tiene a BoJack como protagonista, “Philbert”, donde interpreta a un detective antihéroe y acomplejado con el cual el verdadero caballo se siente muy identificado. Como era de esperar, el equino sigue teniendo problemas con alcohol, pastillas y con la culpa que carga por las acciones que cometió en su vida. Sin embargo, es muy interesante cómo esta temporada también se toma el tiempo para continuar profundizando la vida de cada personaje. Diane, luego de divorciarse de Mr. Peanutbutter, va a Israel  en busca de su identidad y su ascendencia; el recién nombrado perro consigue una nueva novia y se da cuenta de varias cosas de su comportamiento; Princess Carolyn está dispuesta a adoptar un bebé y hacerse cargo sola; Todd sigue lidiando con el hecho de ser asexual…

Las nuevas incorporaciones fueron efectivas. Roles bien cuidados, entre los cuales se encuentran principalmente Gina, una actriz que hace de pareja de BoJack en “Philbert” y lo mismo termina sucediendo en la vida real, y Pickles, una adorable perra que se pone de novia con Mr. Peanutbutter.

El humor es increíble. Pasa de esa comedia inteligente al absurdo con un manejo de las transiciones estupendo. Porque, además de ser totalmente seria y dramática con determinados temas, de repente ofrece cosas como el ridículo robot sexual de Todd, quien termina siendo vital para la resolución de la trama. Las críticas a Hollywood (o “Hollywoo”) van en aumento, más que nada a la luz de todos los acosos sexuales del último año, proponiendo argumentos que giran alrededor del tema y se burlan de la hipocresía dentro del cine y la televisión.

Todas las líneas narrativas funcionan a la perfección, gracias al cuidado extremo del desarrollo de todos los personajes, como está acostumbrada la serie. El final no tiene la potencia del de la cuarta temporada, pero, sin dudas, propone un cambio en la vida de BoJack y en la de los demás. Habrá que esperar un año para ver si realmente sucede esto.

Con 12 capítulos, “BoJack Horseman” te rompe en pedazos y te mata a carcajadas, con episodios que verdaderamente quedarán en el recuerdo. Es tal la destreza narrativa de los guionistas que, incluso, hay un capítulo en el que solo aparece BoJack hablando durante toda su extensión en un funeral. Y no decae nunca.

También es fundamental el rol de los actores de voz. Todos cumplen con creces: Will Arnett, Alison Brie, Aaron Paul, Amy Sedaris, Paul F. Tompkins… Excelentes interpretaciones.

Para concluir, “BoJack Horseman” volvió con su quinta temporada como se esperaba. Devastadora, divertida y sencillamente magistral. Nadie debería perderse esta serie.

Tráiler:

 

Manuel Otero

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