«Chernobyl», el terror hecho realidad

«Chernobyl» no solo generó expectativas desde su anuncio, por ser una coproducción entre HBO y Sky, hecho que conlleva cierto prestigio y calidad, o la visualización de los trailers, sino que con su estreno se convirtió en una de las series mejores calificadas de los últimos tiempos.

El 26 de abril de 1986 ocurrió la explosión de la central nuclear de Chernobyl, una de las peores catástrofes de la historia de la humanidad, dejando una gran cantidad de secuelas en los habitantes de sus alrededores debido a la radiación que se expandió por todo Europa. Enfermedades invisibles a corto y largo plazo, muertes, y sacrificios que todos tuvieron que hacer para que este hecho no tenga peores consecuencias.

La serie inglesa norteamericana plasma la historia de la explosión, pero no solamente se centra en la catástrofe, sino que aborda un costado más dramático, sobre todo al presentar a los distintos personajes que tuvieron que tomar decisiones y aquellos que pusieron su grano de arena para solucionar las problemáticas con el objetivo de salvar a los demás aunque eso le costara su salud y su propia vida. Además, «Chernobyl» tiene una cuota política importante, donde un gobierno ocultó cierta información de suma importancia, secretos que podrían haber evitado esta catástrofe o que al menos podría haber ocasionado menores consecuencias.

En sus cinco capítulos, «Chernobyl» presenta un ritmo pausado e intenso, tomándose el tiempo para profundizar todas las aristas de la situación, con un registro cuasi documental. Muchas de las imágenes vistas en la serie ocurrieron en la vida real, plasmando con bastante fidelidad los hechos. En todo momento se presenta un clima de suspenso y miedo, hasta en los instantes que parecerían más inofensivos. En ciertos pasajes las imágenes se vuelven más violentas, impresionantes y directas, mientras que en otros la sutileza invade la trama, pero no por eso deja de ser menos terrorífica. Al contrario, son los momentos de mayor calma o cercanía entre los personajes en los cuales uno se vuelve más tenso porque sabe lo que los protagonistas ignoran.

Pero no solamente influye su historia y su manera de contarla para que la serie sea tan efectiva, sino que también tuvieron mucho que ver sus intérpretes. Quienes más sobresalen son Jared Harris, un científico especialista en reactores nucleares que se balancea entre decir la verdad y poner en riesgo su vida, Stellan Skarsgard como representante del gobierno que al principio no cree posible lo que sucedió pero que a lo largo del tiempo empieza a descubrir cómo son las cosas y Emily Watson, una científica que se compromete a revelar no solo las causas humanas de la catástrofe sino también el rol del Estado.

Tal vez lo único que se le podría criticar a la serie es la elección del idioma, que se habla en inglés cuando los hechos sucedieron en la Unión Soviética, pero fue una decisión consciente por parte de las cadenas inglesa y norteamericana y debido a que ninguno del elenco hablaba ni ucraniano ni ruso.

En síntesis, «Chernobyl» se convirtió rápidamente en una de las mejores miniseries del año porque viene a plasmar de una forma fiel una de las peores catástrofes del mundo desde un costado humano, realizando una crítica a un gobierno, y generando un clima de terror muy realista.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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