Crítica 1 de “La Forma del Agua” de Guillermo del Toro (2017)

Siempre es un placer ver un film de Guillermo del Toro. El realizador mexicano pertenece a ese grupo selecto de directores que se mueven bien en prácticamente todos los géneros cinematográficos. No obstante, se encuentra más cómodo en los relatos de fantasía y ciencia ficción.

“La Forma del Agua” es su más reciente trabajo, al que podemos describir como una historia de amor. Obviamente esto sería simplificar demasiado la obra, ya que ésta además se destaca por la fantasía, los valores estéticos de producción y por ser básicamente una oda que celebra el cine.

La película nos cuenta la historia de Elisa (Sally Hawkins), una joven muda que trabaja como empleada de limpieza en un laboratorio gubernamental durante 1963, plena época de la Guerra Fría. Es en ese lugar donde conocerá a una extraña criatura anfibia (Doug Jones), que es prisionera del malvado coronel Strickland (Michael Shannon), con el objetivo de sacarle alguna ventaja en el conflicto con la Unión Soviética.

Una obra que nos remite un poco a la fórmula de «La Bella y la Bestia» y a aquellos films de monstruos que tanto inspiraron al autor mexicano como «Creature From The Black Lagoon» (1954).

El film es un verdadero triunfo en todos los sentidos. No solo presenta una historia entretenida y emotiva, que atraerá tanto a los niños (tener cuidado con algunas escenas fuertes) como a los adultos, sino que también compone un trabajo superlativo a nivel visual. Se destaca el gran trabajo de dirección de fotografía, arte y vestuario para alcanzar una excelsa reconstrucción de época.

A su vez, la música de Alexandre Desplat (“The Grand Hotel Budapest”) hace un estupendo trabajo con sus características melodías que atribuyen a crear ese mundo mágico de fantasía.

Es realmente destacable pensar en el resultado final, que parece el de una gigantesca superproducción, pero que se logró con un presupuesto de 20 millones de dólares (algo muy acotado para una producción Hollywoodense). Guillermo Del Toro es de aquellos realizadores formados fuera de la meca del cine que saben economizar los recursos y conseguir cosas sumamente sorprendentes con menos capital. Tal es así, que el director aprovechó ciertos decorados y demás utilería de la serie “The Strain”, de la cual es productor, para poder ahorrar tiempo y dinero en la realización del Opus por el cual probablemente obtenga el Oscar a Mejor Director.

Por otro lado, el elenco está conformado por un equipo perfecto, liderado por la siempre carismática Hawkins, que compone un histriónico y desafiante papel, en el cual tuvo que prescindir de su voz para el personaje. Además, la acompañan Jones (“Hellboy”, “Crimson Peak”), interpretando a la criatura y un estupendo reparto de personajes secundarios donde se destacan Octavia Spencer (“Hidden Figures”), Richard Jenkins (“Spotlight”) y Michael Shannon (“Noctural Animals”), acostumbrado a los roles de villano.

Justamente lo más interesante de la película de Del Toro tiene que ver con la construcción y la dinámica entre los personajes, algo que el realizador hace muy bien, y con aspectos puramente cinematográficos, como las posiciones y el manejo de la cámara en el espacio diegético, dotando al relato de un gran atractivo visual y un ritmo impresionante.

“La Forma del Agua” es de aquellos films que no se hacen en Hollywood. Una de esas historias que lo tienen todo: romance, suspenso, humor, intriga, crítica social y un verdadero despliegue visual. Guillermo del Toro se encuentra en su mejor forma, en donde cada una de sus obras supera a su antecesora, demostrando que es un gran director y contador de historias con talento innato que en esta ocasión nos brinda un clásico instantáneo.

Puntaje: 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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