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Crítica de «Alice, Darling» de Mary Nighy (2022)

En Amazon Prime Video se estrenó «Alice, Darling», la ópera prima de la directora canadiense Mary Nighy, la cual busca ahondar sobre la violencia de género y las relaciones tóxicas y abusivas.

La película se centra en Alice (Anna Kendrick), una treintañera que está de novia con Simon (Charlie Carrick), un artista en ascenso. Todo parece andar bien entre ellos pero para irse de vacaciones con dos amigas recurre a una mentira para que él no se enoje o le impida viajar. Es ahí donde ella empezará a entender su relación desde otro punto de vista y se apoyará en sus amigas para transformar su alrededor. Sin embargo, no será tan fácil salir de ese círculo de poder y maltrato.

Como mencionamos anteriormente, «Alice, Darling» habla sobre la violencia de género y las relaciones abusivas de una manera bastante sutil pero efectiva. No se recurren a imágenes directas donde se observe el maltrato, pero sí podemos ver las consecuencias de ello en la personalidad, conducta y salud física y emocional de la protagonista.

Anna Kendrick hace un muy buen trabajo para componer a su personaje, tanto en su labor corporal, como en su actitud, sus respuestas y reflexiones; todo lo que hace o piensa denota que está inmersa dentro de una relación violenta.

Lo mismo ocurre con los diálogos entre las tres protagonistas y cómo cuestiones que parecen normales para Alice, sus amigas le hacen ver que esas cosas no deberían ser tan así. El film destaca la importancia de la amistad y la sororidad femenina para enfrentar este tipo de situaciones y salir adelante a pesar de las dificultades y manipulaciones psicológicas a las que puede recurrir el victimario.

Por otro lado, se crea un clima opresivo y lleno de tensión constante, que va escalando con el correr del tiempo. Al igual que con la manera de mostrar la violencia de género, la sola presencia del protagonista masculino genera todas estas sensaciones de temor latente.

En síntesis, «Alice, Darling» resulta una atinada ópera prima. A través de situaciones usuales y cotidianas, la directora logra exponer la violencia de género y las relaciones abusivas, donde no necesariamente se tiene que recurrir a la cuestión física para controlar a una persona, alejarla de quienes la rodean y manipularla. Gran trabajo de Anna Kendrick para ponerse al hombro el proyecto y escenificar las consecuencias de este tipo de vínculos en el cuerpo y en la mente. Una película emotiva que nos hace reflexionar.

Puntaje:
 

 
 
Tráiler:

Samantha Schuster

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