Crítica de «Broadway Danny Rose» de Woody Allen (1984)

Película simple, corta y muy bonita del extraordinario director estadounidense Woody Allen. Protagonizada, como es costumbre, por él mismo: interpreta a Danny Rose, un agente teatral de poca monta. Es una de las comedias más ligeras y divertidas en la carrera de Allen.

Danny Rose debe hacerle un favor a su amigo, cliente y cantante Lou Canova: llevar a su amante Tina al concierto para que él logre cantar. Pero esto pondrá a un peligroso mafioso en su contra. Allen nos acerca a la figura de los managers y al universo de la representación artística de aquella época (los años del vodeville y sus artistas del show circense del espectáculo). Esos hombres que estaban para todo, que ejercían labores de consejeros y hasta niñeros, desarrollando con ellos una relación que llegaba a trascender lo profesional.

Tina, el personaje que interpreta a Mia Farrow, es una rubia italoamericana con conexiones mafiosas. Farrow, que luego se casaría con Woody y muchísimos años más adelante se involucrarían en uno de los escándalos más grandes de la historia de Hollywood. El director se casó con la hija adoptiva de Farrow. Antes de todo esto filmaron juntos trece películas, sin dudas una de las musas preferidas del humorista (luego ocuparía su lugar Diane Keaton).

En el papel de Lou Canova, el cantante en el ocaso de su carrera, tenemos a Nick Apollo Forte. Un cantante en la vida real, que obtuvo su primer y último papel en esta película.

Sin dudas, en el cine de Allen prevalecen los diálogos hilarantes y los planos simples en donde parecemos observadores de la vida de los personajes. Mucho humor físico, unos gags desternillantes, unos personajes que parecen sacados de un circo y demás elementos que configuran una gran comedia muy disfrutable. Una nota aparte para la persecución alrededor de camiones que transportan helio, que al agujerearse resulta en una escena inolvidable.

«Broadway Danny Rose» es una pequeña joya de 1984 que se presentó en el Festival de Cannes. Fue nominada a dos premios de la Academia en las categorías de Mejor Director y Mejor Guión. Filmada íntegramente en blanco y negro, recurso con el cual Allen potencia la fuerza de las palabras.

Ubicable en lo mejor de la filmografía del neoyorkino. Buen homenaje a los artistas que se enfrentan a un público, que es el primer oficio del famoso director. Un buen acercamiento a la lucha por un sueño, las decepciones, la parodia a la mafia, la amistad y el amor.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Sebastián Manestar

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