Crítica de «Cacería en Venecia» de Kenneth Branagh (2023)
Kenneth Branagh vuelve a ponerse en la piel del famoso detective belga, Hércules Poirot. En esta oportunidad, el mítico personaje de Agatha Christie parece abrazar el retiro y comenzar una nueva etapa en la ciudad de Venecia. No obstante, el crimen y la intriga parecen perseguirlo y deberá salir de su retiro para resolver uno de los misterios más oscuros a los que se tuvo que enfrentar.
Podemos decir mucho de la trilogía de Agatha Christie que protagoniza y dirige Branagh. Lo cierto es que a pesar de aquella primera instancia «Asesinato en el Expreso de Oriente» (2017), bastante estilizada a nivel visual pero un tanto anodina si se la compara con la versión de Lumet de 1974, y su secuela afectada por la pandemia que recién nos llegó el año pasado, «Muerte en el Nilo» (2022), la cual se encontraba un escalón por debajo de la primera, uno pensaría que la saga se encuentra en un estado crepuscular. Probablemente sea muy temprano para establecer algún tipo de predicción teniendo la película menos de una semana en la cartelera internacional, y cualquier escenario es posible en este panorama donde continua la huelga de actores (y guionistas) y las películas no tienen premieres ni promoción por parte de sus elencos, al igual que un público que comienza a exigir otro tipo de relatos, tal como sucedió a fines de los ’60 y principios de los ’70. Sí, el contexto parece que nos sitúa frente a un cambio de paradigma tal como pasó entre el Hollywood clásico y el New Hollywood.
Teniendo en cuenta todo esto, es probable que la tercera aventura de Poirot sea un fracaso, y quizás sea algo injusto teniendo en cuenta que es el film más solido de la trilogía. Branagh decidió tomar algunos riesgos y le dio más carácter y oscuridad a un universo que necesitaba mayor frescura para mantenerse vigente. Para aquellos que no estén familiarizados con el relato, la acción nos sitúa en la Venecia de la posguerra, Poirot lleva una existencia alejada de la fama y los crímenes, con varios individuos que intentan acercarle sus problemas para que los ayude en la resolución de los mismos. El detective no quiere saber nada con su antigua profesión, pero un buen día la escritora (y amiga) Ariadna Oliver (Tina Fey) le insiste que la acompañe a una sesión de espiritismo en un antiguo palacio veneciano, para que la a ayude a desenmascarar el fraude, ya que para ella no hay en apariencias ninguna cosa extraña. Como es de esperar durante la sesión, uno de los invitados es asesinado, por lo que el otrora detective deberá volver a su antigua labor deductiva para descubrir quién es el culpable.
La película está basada muy libremente en la novela de Christie titulada «Hallowe’en Party» (conocida en español como «Las Manzanas»). Branagh toma algunos conceptos, pero los cambia a su piacere para darle mayor personalidad al relato. Lo más interesante de este largometraje está en como utiliza ciertos elementos del terror para construir la historia, no solo incluyendo jumpscares y algunos recursos prácticos del género sino también, incurriendo en varios momentos de apariencia sobrenatural para ir desarrollando la trama. El protagonista parece estar en jaque, con un estado emocional comprometido y con la duda de si lo que ve (y escucha) es real o imaginario, poniendo sus habilidades deductivas y hasta cognitivas totalmente comprometidas.
Branagh logra crear un clima de oscuridad bastante logrado que diferencia a este film de sus ejercicios previos, al mismo tiempo en que obtiene la versión más pulida y menos exagerada del personaje con algunos pasajes realmente interesantes. El resto del elenco también logra amoldarse a la lógica del whodunnit de manera acertada con puntos altos en varias de sus composiciones, cabe destacar a Jamie Dornan, el pequeño Jude Hill, a Tina Fey que parece haber probado las mieles de este subgénero con «Only Murders in the Building» y ahora continúa en la misma línea, Kyle Allen y Camille Cottin, entre otros. Quizás Michelle Yeoh está un poco desaprovechada, pero termina cumpliendo acertadamente con su pequeño rol.
«Cacería en Venecia» no es demasiado novedosa ni aporta nada nuevo al whodunnit pero sí resulta ser la más entretenida del revival de Branagh y la que presenta más y mejores ideas para lograr un producto correcto y con cierto carácter. Esta nueva ola de éxito de la que gozan estos relatos detectivescos, probablemente con la primera de Branagh y «Knives Out» (2019) de Rian Jonhson, ¿habrá llegado a su fin o todavía tiene para unos años más? En principio, la película queda abierta para una potencial continuación y siendo que Branagh le encontró la vuelta para agregarle algo de novedad a esta fórmula que aglutina elencos multiestelares en lugares reducidos, me gustaría ver cuál sería el próximo paso del detective belga para enfrentar a su enemigo más despiadado: el agotamiento.
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Martín Goniondzki