CINE

Crítica de «Deadpool & Wolverine» de Shawn Levy (2024)

Desde que Disney compró a Fox en 2019, tanto la compañía del ratón como los fans de los superhéroes y de la factoría Marvel vienen «soñando» con ver a los personajes del MCU mezclados con los X-Men y todas las creaciones que no podían ser empleadas en las películas de los Avengers. «Deadpool & Wolverine» plantea esa primera conjunción entre ambos mundos que fueron justificados con el ya conocido concepto del multiverso que vienen empleando luego de «Avengers: Endgame» (2019), la cual significó una especie de conclusión (si es que tal cosa existe en este tipo de películas). El multiverso apareció en diversas películas y series como pueden ser «Spiderman: Sin Camino a Casa» (2021), «Doctor Strange en el multiverso de la locura» (2022) y «Loki» (2021-2023). Esta tercera parte de «Deadpool» parecía la excusa ideal para que tanto el personaje personificado por Ryan Reynolds como toda la herencia de Fox puedan colisionar con el nuevo mundo que está edificando Disney.

El resultado es algo desparejo, pero sumamente entretenido y algo más irreverente y sagaz de lo que veníamos atestiguando los últimos 5 años. Obviamente que los aciertos parten por las características intrínsecas de la figura del título y la química que presentan tanto Reynolds como Hugh Jackman en esta especie de buddy movie superheroica a partir de personajes con personalidades antagónicas como es habitual en este subgénero. Por otro lado, tendremos la habitual autoconsciencia de Deadpool y un atrevido uso del metalenguaje, así como también una constante ruptura de la cuarta pared, un sello distintivo o marca registrada de este antihéroe que ya viene desde su versión en papel. Aquí esos recursos son elevados a la enésima potencia haciendo alusiones a la compra de Fox por parte de Disney, a la crisis de Marvel en la fase de películas actual, a la política corporativa de agotar fórmulas en pos de conseguir dinero haciendo secuelas, precuelas y varias cuestiones más, que funcionan y dan los momentos más acertados de la película, aunque también nos hacen pensar que no deja de ser un producto del mismo estudio al que están criticando (algo similar a lo que sucedía con la solidísima «Barbie» de Greta Gerwig y su crítica a Mattel dentro del andamiaje de la empresa de juguetes).

Los que conocen a Deadpool ya saben que dichos mecanismos son moneda corriente, aunque probablemente, en esta oportunidad, estemos ante la aventura más desfachatada e hiperbólica del personaje. Que se mantenga la esencia del personaje y que no se haya incurrido en una versión ATP para incluir más publico representa un gran acierto por parte del estudio, más allá de que sus intereses sean meramente comerciales.

La trama de la película consiste en Deadpool atravesando una suerte de crisis existencial luego de ser rechazado para entrar en los Avengers, agrupación a la que intentó aplicar para tratar de recuperar a su novia, Vanessa (Morena Baccarin). Ante esta negativa, Wade Wilson pasa los días como vendedor de autos usados, hasta que un día la TVA busca involucrarlo en un rol que le permitiría ser importante como él quería, pero a costa de que su línea temporal termine siendo destruida. Obviamente que Deadpool no permitirá eso y sale en busca de una variante de Wolverine para poder salvar a su mundo de la extinción. La historia de la película es bastante elemental y quizás de lo más flojo del relato junto con la fotografía que no tiene ningún tipo de expresividad y apunta más a ser televisiva iluminando todo parejo y sin contraste.  Aun así, funciona más que nada por la irreverencia y el desparpajo, por la idea de esa crisis que atraviesa el protagonista de proporciones shakesperianas, mezcladas con sus características autoconscientes e incendiarias que bombardean sin tapujos las decisiones de Marvel de la cual ahora también es parte, permitiendo que estemos ante una producción con la personalidad suficiente no solo para entretener sino también para sobresalir en un género agotadísimo.

Es difícil de catalogar a la película porque abraza la parodia en un nivel superlativo, dando constantemente una catarata de gags (algunos muy efectivos, otros no tanto) que pueden llegar al borde del agotamiento del espectador. Sin embargo, siempre que se asoma a esa cornisa de alguna manera vuelve a sobreponerse mediante algún giro ingenioso o algún recurso acertado. La inclusión de «El Vacío», una especie de lugar al estilo «Mad Max» (la cual es aludida por el mismo Deadpool en otro intercambio desopilante) le da espacio al relato para que Reynolds y compañía se diviertan como si estuvieran en un parque de diversiones, haciendo que haya mucho fan service y cameo forzado, aunque también varias secuencias de pelea logradas y funcionales a fines dramáticos.

«Deadpool & Wolverine» resulta ser una adaptación fiel del personaje de las viñetas a la pantalla grande, dando grandes momentos de diversión en una cartelera donde los tanques vienen haciendo agua más allá de que por momentos la misma película de Shawn Levy parezca estar al borde del naufragio. Si logra mantenerse a flote es por el carisma de Reynolds y Jackman, por la inclusión correcta de Emma Corrin como la villana de turno, algunas elaboradas secuencias de acción con estética pop que juntan llamativas coreografías con temas musicales clásicos (la secuencia de «Like a Prayer» de Madonna o la de títulos con «Bye Bye Bye» de N’ Sync son buenos momentos que implican un gran trabajo de montaje, dando justo en la tecla con el tono que busca la película y el que enarbola el mercenario protagonista) y un sólido talento de Levy para combinar la comedia con la acción. Sí, es para debatir si esto de una película de superhéroes criticando al propio cine de superhéroes es algo que va a terminar reviviendo esa catarata de producciones que nos trajo hasta este momento de agotamiento, pero lo cierto es que este carácter contradictorio, esa pulsión lúdica de jugar con el dispositivo narrativo y esa libertad que permite la autoconsciencia la llevan (más allá de sus falencias) a ser de las historias más entretenidas que vio el género en los últimos años.

Puntaje:


 
 
 
Tráiler:


 
Martín Goniondzki

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *