Crítica de “Dr. Strangelove” de Stanley Kubrick (1964)
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, comenzó un enfrentamiento político, económico, social, militar y científico entre Estados Unidos y la Unión Soviética denominado Guerra Fría, ya que ninguno de los dos bloques tomó ninguna acción directa contra el otro. La misma se extendió desde 1947 hasta 1991. La película de Stanley Kubrick se realizó en 1964, en pleno período de la Guerra Fría, realizando una sátira sobre este serio conflicto.
Inspirada en la novela “Red Alerta” de Peter George, “Dr. Strangelove” comienza cuando el general de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Jack D. Ripper, planea empezar una guerra nuclear con la Unión Soviética, con el objetivo de impedir lo que consideraba una conspiración comunista en contra de los estadounidenses. Es así como, sin la autorización del Presidente, da la orden a su escuadra nuclear de combate para bombardear sus respectivos objetivos dentro de la Unión Soviética. Pero lo que él no sabe, es que su contrincante cuenta con un “Dispositivo del fin del Mundo”, el cual se activaría automáticamente en caso de detectar un ataque nuclear en su territorio, destruyendo a toda la humanidad. Es así como el film se dividirá en tres historias paralelas, donde Jack D. Ripper deberá defenderse del Ejército Estadounidense que quiere parar dicha locura, una reunión en el Salón de Guerra, donde militares y el embajador ruso tomarán cartas en el asunto, y un avión militar que tiene estas órdenes de atacar y que a pesar de las negativas siguen su curso por falta de comunicación.
Para analizar esta película hay que situarse en la época de su realización. Como decíamos, Stanley Kubrick se animó a llevar a cabo esta historia en plena Guerra Fría, satirizando una situación seria y preocupante no solo para dichos países sino para todo el mundo. En ella expone los grandes temores del momento, sobre todo esta idea de la mutua destrucción entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, independientemente de quien pudiera ganar esta “carrera”.
El humor está presente en todos los detalles, desde los nombres de los personajes (por ejemplo Jack D. Ripper hace alusión a Jack el destripador o quien se encuentra en uno de los aviones es Mayor T.J “King” Kong) hasta en sus personalidades (quien más sobresale es justamente Dr. Strangelove, un ex nazi con ideas un tanto extrañas para la supervivencia de la raza humana). También los diálogos son ingeniosos, punzantes y absurdos, generando interacciones incómodas y graciosas entre los distintos papeles.
Filmada íntegramente en blanco y negro, la película no se traslada por muchas locaciones, sino más bien se centra en estas tres aristas que está abordando. Cada una de las tramas tiene un lugar característico en donde se desarrollan las distintas acciones. Acompaña muy bien la banda sonora, sobre todo en los momentos que tienen lugar en el avión, con una melodía icónica que hasta el día de hoy se la reconoce fácilmente.
En cuanto a las interpretaciones, se destaca sobre todo Peter Sellers, quien encarna a tres personajes con características diferentes: el Capitán Lionel Mandrake, el Presidente Merkin Muffley y Dr. Strangelove. Además, también se encuentran muy bien caracterizados, haciendo que el espectador pueda dudar sobre si se trata del mismo actor o no, hasta confirmarlo posteriormente en los créditos. Sellers iba a interpretar también al Mayor T.J. “King” Kong, pero tras un accidente en el rodaje tuvo que rechazar el papel y fue reemplazado por Slim Pickens, quien también realiza una buena labor encarnando a esta especie de vaquero aéreo. Otro de los miembros del elenco que sobresale es Sterling Hayden como el General Jack D. Ripper, un hombre de convicciones un tanto fantasiosas que pone en peligro a toda la humanidad.
En síntesis, “Dr. Strangelove” es considerada una de las mejores películas humorísticas y satíricas de la historia, que toma un hecho serio y preocupante de la época para, a través del humor, mostrar las consecuencias que podría traer a futuro. Un ingenioso guión y construcción de personajes, con buenas interpretaciones y aspectos técnicos que acompañan a la trama.
Puntaje:
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Samantha Schuster