CINE

Crítica de «El escuerzo» de Augusto Sinay (2023)

En los últimos años, el cine de género argentino nos fue ofreciendo gratas sorpresas. Desde «Muere Monstruo Muere»(2018) de Alejandro Fadel, pasando por «Los Que Vuelven» (2019) de Laura Casabé y «Matar a la Bestia» (2021) de Agustina San Martín hasta nombrar aquel gran hito del año pasado que fue «Cuando Acecha la Maldad» (2023) de Demián Rugna.

Este año, desde tierras cordobesas nos llega «El Escuerzo», gran ópera prima de Augusto Sinay, que no solo sigue demostrando lo interesante que puede ser una propuesta de terror/fantástico con características bien autóctonas, sino que además se anima a ser un relato de época ambientado en 1866. La propuesta de Sinay tuvo su paso por festivales, cosechando algunos galardones, y teniendo una buena recepción por parte de la crítica. Hace algunas semanas tuvo finalmente su estreno en las salas de nuestro país donde el boca en boca hizo posible que las pocas funciones que le fueron otorgando sean realmente a sala llena.

Basado libremente en un cuento de Leopoldo Lugones, como bien dijimos, el largometraje se sitúa en 1866, durante la Guerra del Paraguay, en una Argentina devastada por la situación. En este contexto, Venancio, un joven gaucho, se encuentra en la búsqueda de su hermano, quien fue capturado por unos soldados para llevarlo al frente de batalla. En medio de la investigación del paradero del susodicho, Venancio mata a un escuerzo (una especie de sapo de gran tamaño), dando paso a una maldición que se cierne sobre su cabeza. Su madre vaticina que el sapo resucitará para vengarse, y a pesar de algunos intentos para evitar el maleficio, todo parece decir que está siendo acechado por la criatura del título. De esta forma, Venancio emprende un profundo viaje entre cuatreros, curas, chamanas y desertores, para salvarse de la maldición.

Lo más interesante de la propuesta de Sinay, además de haber tomado el riesgo de realizar una película en 1866, y en su cuidada reconstrucción de época, radica en su forma de evitar los lugares comunes para erigir un relato fantástico que se cocina a fuego lento, sugiriendo más de lo que se muestra (el cordobés nombró en algunas entrevistas a «Tiburón» de 1977 como un ejemplo a seguir para generar tensión y suspenso y para al mismo tiempo economizar en producción). Además, se nota el minucioso trabajo de investigación para situarnos en el momento no solo a partir del diseño de producción y el vestuario sino también mediante los diálogos y la forma en que se expresan los personajes.

Cristóbal López Baena nos entrega una solidísima interpretación como el protagonista y su búsqueda, llevándonos hacia lugares inesperados, en un relato que lo tiene en el centro prácticamente desde principio a fin. Respecto a lo técnico se puede destacar el estupendo diseño de sonido así como también la fantástica dirección de fotografía de Martín Heredia Troncoso.

«El Escuerzo» es una maravillosa propuesta de género que significa una bocanada de aire fresco dentro del cine nacional. No solo es destacable el resultado en términos cualitativos, sino que también la proeza se agranda teniendo en cuenta el panorama desolador que atraviesa nuestro cine (el film es una coproducción entre España y Argentina y llevó varios años de producción por diversos motivos, incluyendo la pandemia). Augusto Sinay hace un tremendo trabajo desde la dirección y se posiciona como una de las grandes promesas del cine argentino.

Puntaje:


 
 
 
Tráiler:

Martín Goniondzki

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