Crítica de “El Laberinto del Fauno” de Guillermo del Toro (2006)

Con una gran cantidad de premios y nominaciones en su haber, “El Laberinto del Fauno” es considerada una de las mejores películas de Guillermo del Toro, si es que no es la primera de su filmografía, por la fuerte historia que cuenta de un país desgarrado por la guerra a partir de la perspectiva de una niña que se sumerge en un mundo fantástico.

Esta coproducción hispano-mexicana cuenta la historia de Ofelia, una niña de 13 años que se traslada con su madre embarazada a un pequeño pueblo rural al norte de España, para vivir con su padrastro, quien es el encargado de terminar con los últimos bastiones de la guerrilla republicana escondida en los montes, después de la Guerra Civil en 1944, donde prosperó el franquismo. Una noche, la pequeña descubrirá las ruinas de un laberinto, donde encuentra a un fauno, que le revela que ella es en realidad una princesa y que para poder regresar al reino mágico debe seguir una serie de pruebas.

La película intercala, entonces, escenas de la vida real con escenarios de fantasía, donde el espectador no sabrá concretamente si se trata de algo imaginario que proviene de la mente de la niña que busca escapar de lo que la rodea o si lo que sucede es verdad. De todas maneras, lo importante del relato es la forma en la que Del Toro logra componer ambos contextos relacionados entre sí, creando dos atmósferas crudas, opresivas, donde la protagonista deberá luchar y realizar sacrificios. Tanto la historia de base como la fantástica nos proponen momentos fuertes, violentos, desgarradores, que dejan una sensación de amargura y tristeza en la audiencia.

Asimismo, el director nos muestra, como en otras de sus obras (sobre todo lo podemos ver en su última creación “La Forma del Agua”), que los monstruos no siempre son las criaturas fantásticas, sino que la mayoría de las veces el ser humano es mucho más sádico y cruel. Las consecuencias de la guerra civil española, la ambición por el poder, la persecución de ideales a cualquier costo, son algunos de los temas tratados en la cinta.

Otro de los puntos fuertes del film es la creación del mundo fantástico y el diseño de producción de las criaturas. Del Toro es un especialista en este ámbito y “El Laberinto del Fauno” es un claro ejemplo de su capacidad por ambientar estos universos. La reconstrucción de época, la música melancólica que cambia entre los dos escenarios y el diseño de los “monstruos” hacen que la película sea técnicamente impecable. Aquí también acompaña muy bien la labor de Doug Jones encarnando al fauno y al Hombre Pálido, quien pudo componer de una gran manera a ambos personajes, dotándolos de movimientos y gestos particulares. Si bien finalmente decidieron doblar sus diálogos, el actor inglés estudió español para poder vocalizar y hacer más creíbles sus escenas.

Siguiendo con el resto del elenco, todos se encuentran muy bien en su papel, tanto los villanos como aquellos personajes que ayudan a la niña o buscan generar algún tipo de cambio dentro del sistema, apoyando a la revolución. No tenemos papeles con muchos matices, sino que están claramente delineados quiénes son los buenos y quiénes los malos (aunque no siempre los castigos/premios serán consecuentes con sus acciones, haciendo que la historia sea más creíble y realista, sobre todo teniendo en cuenta a los inocentes involucrados en las guerras). Pero sin dudas Ivana Baquero se destaca en su rol de protagonista, encarnando a una pequeña dulce e íntegra, cuya realidad es tan cruda que tiene que escapar a un mundo fantástico (no mucho más bonito, por cierto) para poder encontrar paz y libertad. Su sufrimiento y su lucha son muy notables.

En síntesis, “El laberinto del fauno” es una obra maestra que nos llega de las manos del director mexicano Guillermo del Toro, que logra componer una historia difícil de digerir, pero que lo hace de una manera cuidada y precisa en su ambientación, en la recreación de sus criaturas, en las composiciones de su música y en la presentación de sus personajes. Como suele realizar el cineasta, todo está pensado perfectamente para ofrecer una trama donde la realidad y la fantasía se entremezclan de una manera armoniosa para contar una trama compleja a través de los ojos de una niña.

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Samantha Schuster