Crítica de «¡Te atrapé!» de Jeff Tomsic (2018)

Un grupo de amigos lleva jugando al mismo juego de “La mancha” (Tag en inglés) hace 30 años. Cada mes de mayo, dejan sus asuntos personales y profesionales para dedicarse a compartir aquel infantil entretenimiento que los convoca y los une. Basada en una historia real, «¡Te Atrapé!» se presenta como una divertidísima comedia de enredos que trabaja sobre los valores de la amistad y la camaradería.

A pesar de lo absurdo de la propuesta, el largometraje dirigido por Jeff Tomsic, cineasta habituado a la comedia pero en el ámbito televisivo, logra sostenerse gracias al impecable elenco y al atractivo de que se está contando una historia improbable pero basada en hechos reales. No nos confundamos, la película puede no ser una maravilla y presentar varios desaciertos y momentos ridículos, pero sus bajas aspiraciones y su honestidad la hacen un cóctel cómico que resulta imposible dejar pasar.

La trama sigue a Bob (Jon Hamm) que, mientras está siendo entrevistado por una periodista del Wall Street Journal (Annabelle Wallis), es acorralado por Hogan (Ed Helms) y “tocado”, siendo advertido dé que ahora le toca a él seguir con el juego de la mancha. Cada año, a pesar de ser gente adulta y contar con familias y responsabilidades, se juntan durante un mes y se van pasando la mancha hasta finalizar dicho período. El resto del grupo lo completan Kevin (Hannibal Buress), Chilli (Jake Johnson) y Jerry (Jeremy Renner). La particularidad del juego es que durante los 30 años que llevan manteniendo la conocida recreación infantil, nunca pudieron tocar a Jerry y lleva conservando un largo invicto. Esta vez, Hogan le explica a Bob que tiene un plan para acabar con el glorioso triunfo de Jerry, ya que saben dónde se va a situar su paradero en el tiempo establecido. Para ello, contarán con la ayuda de la esposa de Hogan (Isla Fisher) y con la presencia de la cronista del famoso periódico que halló en la peculiar competencia una historia mucho más interesante para sus lectores.

El film no gasta demasiado tiempo en revelar la trama y comienza sin respiro. Luego se guarda algunos minutos para ir presentando brevemente a los personajes que van a protagonizar esta osada competencia. Lo más interesante del relato es que no busca tomarse muy en serio a sí mismo y es ahí cuando el film funciona. Quizás sobre el final se dan algunos momentos para terminar de reforzar (innecesariamente) la moraleja o el verdadero valor de la amistad, que se pueden sentir un poco forzados y redundantes, pero igualmente el largometraje sale airoso ante aquellos detalles. Uno como espectador tiene que ser consciente que se encuentra con un producto pasatista, donde el argumento es ridículo y donde se hace hincapié en una sucesión de gags y secuencias que solo tienen como objetivo divertir al público durante un poco más de hora y media. Los que busquen mayor substancia será mejor que se abstengan.

Otro aspecto a destacar de la película radica en su frenetismo y en la imprevisibilidad del asunto. Uno no sabe para dónde va girar la narración, y es que además de la comedia, la cinta tiene algunos tintes del cine de acción que trae aparejado, más que nada, el personaje de Renner. Si bien Jerry es el dueño de un gimnasio o cadena de gimnasios, parece tener el entrenamiento de un ex agente de la CIA, ya que su modus operandi incluye elaboradas trampas, saltos a través de ventanas, utilización de químicos como por ejemplo cloroformo, disfraces para vigilancia y seguimiento, entre muchas otras cosas. Esa combinación de la comedia con los toques de acción hace que el producto final sea más atractivo, a pesar del burlesco escenario donde se desarrollan los hechos.

En los aspectos relacionados con la realización, hay que destacar el muy logrado y seductor montaje que lleva impreso el relato, volviéndolo muy dinámico y atrayente a nivel visual. La estética que presenta al mezclar el “Slow motion”, o “Speed ramping” (un proceso por el cual la velocidad de captura del fotograma cambia con el tiempo) nos recuerdan un poco a los recursos que pueden llegar a utilizar directores como Guy Ritchie, aunque de una manera simplemente efectista.

Por el lado interpretativo, tenemos a Ed Helms, que como siempre se desenvuelve en el género como pez en el agua, a los ocasionalmente cómicos Renner y Hamm, que suelen salir de vez en cuando de sus roles dramáticos para demostrar que la comedia también les sienta bien, y a los relativamente nuevos Byress y Johnson, que si bien hace tiempo que vienen trabajando en este tipo de roles, recién están dando sus primeros pasos en superproducciones cinematográficas. Es posiblemente en ellos dos donde se nota cierta frescura y aire novedoso en las secuencias atravesadas por gags.

«¡Te atrapé!» es una película sobre la amistad y la importancia de la preservación de los vínculos afectivos, al igual que la conservación del espíritu juvenil durante la adultez. Un relato que se aferra a lo absurdo de su origen para construir un encantador espacio para la comedia. Una película que no pretende ser más de lo que es, una obra entretenida con buenos actores y mucho corazón.

Puntaje:

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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