Crítica de «Furiosa» de George Miller (2024)

Pasó casi una década desde que la salida de «Mad Max: Fury Road» revolucionara las salas del planeta. Considerada casi inmediatamente como una de las mejores películas de acción de la historia, se mantiene fuerte en la estima cinéfila como una experiencia difícil de igualar en su alto octanaje adrenalínico. Que recibamos hoy en día esta precuela por parte de George Miller, el padre de la criatura, es un riesgo enorme en la previa y una bendición por la que debemos sentirnos agradecidos desde el momento en que nos sentamos en la butaca.

«Furiosa» cuenta el origen y leyenda del personaje de Charlize Theron que se encargó de robarle protagonismo al mismísimo Mad Max en «Fury Road». Interpretado en esta ocasión por una serie de actrices infantiles que culminan en el protagónico de Anya Taylor-Joy, esta es una épica enfocada no solo en un personaje que ya se ha vuelto un ícono moderno sino también en un villano que se nos presenta por primera vez: Dementus (Chris Hemsworth), quien será parcialmente responsable no solo de arrancar a Furiosa del Edén en el que nació sino también de llevarla hasta las fauces de Immortan Joe.

Esta es una experiencia totalmente enfocada en la titular protagonista, y nunca lo demuestra mejor que en las ocasiones en que otros intérpretes eclipsan momentáneamente la narrativa. A un sinfín de personajes pintorescos e interesantes que van a ir complementando el relato, se le suma un Dementus que por segmentos incluso toma un rol co-protagónico desde un papel de contracara de no solo Furiosa sino incluso del villano de «Fury Road».

Mientras que el inicio de la trama surge fácilmente como uno de los mejores arranques de los últimos años, es una peli que no escatima en momentos memorables. Miller se encarga de garantizar una experiencia ajustada a la perfección, desde el color hasta el ritmo y pasando por toda área de expresión cinematográfica. Deja un poco atrás la bombástica orquesta imparable de «Fury Road» para devolver la saga a un lugar de contada puntualidad, sin escatimar en escala pero devolviéndola a una ambientación mucho más de western.

Miller es uno de esos creativos que entrega una experiencia tan absoluta en su construcción que por momentos el disfrute de la naturalidad con la que a uno lo llevan sus rieles es casi intoxicante. «Mad Max» es una franquicia que evoca aventuras de otros medios al estilo del cómic europeo a lo «Valerian» o «Tintin», y en esta la primera entrega enfocada en otro personaje además de Max termina por coronar este gigantesco universo desértico como un apocalipsis que respira con vida propia. La experiencia de ver «Furiosa» es tan fácil de disfrutar y tan precisa en su magistral ejecución que no va a tardar esa tentación de revivir la experiencia con un nuevo visionado.

«Furiosa» es una de las mejores películas de acción del año, pero reducirla a la adrenalina que genera es casi una lástima. Es una profunda exploración de la venganza, al igual que de la dicotomía entre la fe y las estructuras de poder que encarnan en su enfrentamiento dos figuras tan infantiles como Dementus e Immortan Joe. George Miller es un maestro que emplea los mismo esfuerzos espectaculares en superproducciones múltiples ganadoras del Oscar consideradas clásicos modernos del séptimo arte que en su secuela de «Babe» o las dos «Happy Feet». No hay respeto ni admiración que uno pueda guardarse al disfrutar de su más reciente obra maestra, reforzando el deseo de que hubiese otros cineastas a su altura para entretener los años de espera entre sus producciones.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Leandro Porcelli

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