Crítica de «La mano del demonio» de Aleksey Kazakov (2020)
«Olvidaras todo por lo que has pasado»…
En los últimos años el terror ha sido uno de los géneros más potentes y el cine europeo no tiene nada que envidiarle al norteamericano.
De los mismos productores de «La Novia» y «La Sirena», llega una nueva película de terror rusa que nos ofrece una clásica historia del bien y el mal. La ópera prima de Aleksey Kazakov se titula originalmente «Pobochnyi effekt». «La mano del diablo» es un cuento místico basado en folclore eslavo y mitos antiguos, donde la realidad actual se mezcla con los trágicos eventos de la Revolución rusa.
Una desafortunada noche, la vida del arquitecto Andrey (Semyon Serzin), y su esposa embarazada (Marina Vasileva), se destruye cuando ladrones irrumpen en su hogar. En el suceso, Olya es agredida fuertemente perdiendo al bebé. Desde entonces, solo ha habido tensión entre ella y Andrey. Ahora el único sueño de él es borrar esa pesadilla de la memoria de Olya e intentar todo lo que pueda para salvar su matrimonio. Su desesperada búsqueda lo lleva a encontrar una posible solución, la espiritista Mara (Aleksandra Revenko) le promete una medicina «especial» y, para ello, la pareja debe mudarse a su casa por un tiempo, donde la magia de Mara parece funcionar para Andrey hasta que la segunda luna de miel de la pareja se convierte en una pesadilla.
El trauma de ese acontecimiento deja residuos imposibles de limpiar. Andrey con una culpabilidad que lo carcome por dentro, y Olya con una presencia ausente días tras día, anunciando el daño irremediable entre ellos. Este tipo de sentimientos de culpa, miedo y remordimiento son la fuente de la juventud para toda alma oscura, donde aquella desesperada búsqueda de una solución los empuja hasta una «espiritista». Y el mal es el padre de todas las mentiras, para engañar y cegar a los hombres y llevarlos cautivos según la voluntad de él. Andrey debe hacer un trato, mientras Mara solo le pide una cosa: cuidar su departamento cuando esté fuera, algo bastante simple hasta que Olya empieza a mostrar un comportamiento distinto. Lo que debería mejorar solo empeora.
La cinta recorre un poco de terror retro, con cierta mezcla ochentera y contemporánea y una presencia muy bien impuesta del thriller, lo cual la hace sumamente entretenida, cumpliendo el objetivo del metraje de mantener la tensión e inquietud. Si bien el hilo narrativo en algunos pasajes presenta pequeños baches, compensa con el buen ritmo, la fotografía que, junto a la intensidad de las cargas visuales y sonoras, otorga un equilibrio a la trama con un mejor desenlace, generando un enganche en el público. Hay que destacar la forma de incorporar aquellos mitos y leyendas bastante usados en el cine de terror, como son las brujas, de una manera bastante ingeniosa haciendo muy atractivo el film, al igual que sus actuaciones, sobre todo la de Aleksandra Revenko, dándole un condimento de total relevancia, unido a la atmósfera oscura y sombría perfectamente lograda.
En síntesis, «La mano del demonio» presenta una trama clásica de terror, con elementos que la hacen fresca, ante un argumento donde la utilización de la pena, el arrepentimiento y la redención crean un film tan entretenido como eficaz, algo que los fanáticos del género seguro van a disfrutar.
Puntaje:
Tráiler:
Noelia Giacometto