Crítica de «Lilo & Stitch» de Dean Fleischer-Camp (2025)
Hace tiempo que Disney está transformando sus clásicos animados en películas live-action, para atraer a las nuevas generaciones pero también porque es más fácil replicar éxitos del pasado que aventurarse con nuevos contenidos.
En 2002 se estrenó «Lilo & Stitch», una historia que difería bastante de otras que habíamos podido ver previamente en la compañía, marcando un poco este rumbo de personajes femeninos fuertes, autónomos, alejados de los vínculos románticos y que priorizaron la importancia de la familia. Ahora llegó su versión live-action a la pantalla que traslada la trama de manera casi calcada, aunque le agrega algunos condimentos que mejoran el producto final.
Como vimos en el film animado, Lilo es una niña hawaiana que quedó a cargo de su hermana Nani luego de que sus padres fallecieran. Alternando la crianza de la pequeña con el trabajo para poder subsistir, Nani hace un esfuerzo enorme por mantenerse a pie pero los servicios sociales no están muy convencidos de que sea la mejor persona para hacerse responsable de Lilo. Cuando nada parece ir peor llega Stitch a la isla, un experimento científico que resultó en una criatura agresiva que se escapa de su planeta luego de que lo quisieran exterminar. Su encuentro provocará no solo más convulsión para la familia, sino también una manera de recuperar una unidad que parecía perdida.
La versión live-action de «Lilo & Stitch» puede ser innecesaria a priori, como la mayoría de las adaptaciones de este estilo que se vienen haciendo porque realmente las originales fueron tan buenas como exitosas, pero el resultado final nos deja con una buena sensación. Logra preservar no solo la esencia de la película, sino también la mayoría de los cuadros, calcando de manera muy fiel cada una de las escenas, como también manteniendo la banda sonora. Pero además le aporta algunos detalles que la vuelven más fresca y actual (aunque la de 2002 ya se sentía de esta manera también).
Principalmente podemos hablar sobre la figura de Nani. Si bien en la película original tenía un peso importante como una joven que también estaba transitando un duelo y tuvo que hacerse cargo de su pequeña hermana, cumplía el rol de ser la persona proveedora y la que tenía un interés romántico, que en esta oportunidad pasa a un segundo plano. Aunque existe algún coqueteo con David no se profundiza demasiado en esta cuestión, sino que se presenta a Nani (en la piel de Sydney Agudong) como una mujer inteligente, capaz, con vocación y un futuro prometedor, que quedó trunco luego del fallecimiento de sus padres. Su postura frente a la crianza de Lilo es mucho más madura, aunque también dolorosa, pero piensa en lo que es mejor para ella. Esos matices que le agregan le dan más poder a un rol femenino que ya estaba bastante bien trabajado.
También suma la incorporación de Amy Hill como la vecina y madre de David, que funciona como una figura maternal para las hermanas Pelekai. Por momentos sirve de contención, por otros como un comic relief, pero sin dudas fue un gran acierto.
La construcción de las criaturas siempre es el tema principal dentro de este tipo de adaptaciones, que a veces puede generar cierta polémica, como fue el caso de «El Rey León», que muchos se jactaban del poco carisma de los animales por haberlos hecho muy realistas, o el de «Sonic», que la primera versión del personaje era bastante fea. Sin embargo, tanto Stitch como los diversos personajes animados que fueron trasladados a esta versión están muy bien realizados, transmitiendo a partir de un sinfín de gestos ternura, firmeza y rebeldía, según era necesario. Tampoco existen diferencias entre ambas obras en cuanto al diseño de producción.
El elenco estuvo muy bien elegido, a las que ya nombramos se le suman Maia Kealoha como Lilo, una pequeña inteligente, rebelde pero con un gran corazón; Zach Galifianakis como la versión humana del científico que creó a Stitch; Billy Magnussen también como la versión humana del agente experto en Tierra que acompaña a Jumba a atrapar a Stitch; y Courtney B. Vance como el agente federal enviado para investigar extraterrestres en el lugar. La dupla Galifianakis-Magnussen es muy graciosa y serán los protagonistas de gran parte de las risas del público.
Un dato no menor, el director de «Lilo & Stitch» (2002), Chris Sanders, le pone la voz a Stitch a modo de homenaje, como también Tia Carrere, quien había hecho de Nani en el pasado, ahora vuelve como la trabajadora social, al igual que Jason Scott Lee, quien le puso la voz a David y ahora hace una pequeña aparición.
En síntesis, si bien la versión live-action de «Lilo & Stitch» se siente innecesaria porque no realiza una adaptación completamente diferente (que si lo hubiera hecho seguro hubiera generado descontento), termina siendo un buen producto final, porque mantiene la esencia de la película original (con su dulzura, su gracia, su aventura y su entendimiento sobre las diferentes familias) pero también le agrega algunos detalles que no solo la hacen más larga sino que también más completa y compleja.
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Tráiler:
Samantha Schuster