Crítica de «Robots» de Casper Christensen y Anthony Hines (2023)

Basada en «The Robot Who Looked Like Me» de Robert Sheckley, una colección de cuentos cortos de ciencia ficción, «Robots» se centra en el 2032, año en el que el gobierno estadounidense construyó un muro para impedir definitivamente que los inmigrantes puedan quedarse en el país de manera ilegal. Si bien muchos trabajos quedaron vacantes, encontraron la forma de reemplazarlos con robots que harían las mismas tareas pero gratis. En ese contexto, conocemos a Charles, un joven mujeriego que tiene un robot idéntico a él, aunque la tenencia personal está prohibida. Lo utiliza para que ocupe su lugar en la oficina y tenga citas con distintas mujeres hasta que él decida tomar las riendas. Sin embargo, su vida aparentemente exitosa se va a complicar cuando conozca a Elaine, una persona que se encuentra en una situación bastante similar a la de él.

A pesar de que nos encontramos con una idea bastante novedosa, porque busca adaptar una historia romántica en el futuro y con recursos innovadores, «Robots» termina siendo una película más del montón con varias fallas y pocos aciertos.

A su favor tiene a sus protagonistas, Jack Whitehall y Shailene Woodley, quienes no hacen solamente un papel sino dos, con personalidades totalmente diferentes. El espectador consigue creer que existe una versión humana y una robotizada de cada uno de ellos gracias a su lograda performance. Los efectos especiales que utilizan para darle credibilidad a los robots también están bien realizados.

Sin embargo, sus actuaciones no consiguen sostener a unos personajes estereotipados, como el hombre mujeriego y la mujer cazafortunas. Es muy difícil empatizar con ellos, porque tienen personalidades bastante detestables y su crecimiento o transformación no se da de forma natural o paulatina, sino que se siente forzada y artificial. No es una trama que se haya adaptado demasiado a los tiempos que corren sino que se quedó en el pasado.

Por otro lado, también resulta bastante predecible. Desde el comienzo podemos anticipar cómo va a ir evolucionando el vínculo entre los protagonistas y hasta lo que puede llegar a suceder en el final. No tenemos vueltas de tuercas ingeniosas ni sorprendentes. 

La puesta en escena tampoco es acorde con el espíritu futurista que querían darle, más allá de los robots, todo sigue igual a nuestra época, e incluso por momentos nos encontramos con algunos problemas de continuidad (un objeto pintado de una manera, que al plano siguiente tiene otro color, y después vuelve a cambiar).

Tampoco la comedia termina siendo del todo efectiva, tiene muy pocos chistes que valgan la pena, el resto rozan lo aburrido e irrespetuoso. No tenemos un guion demasiado ingenioso o irreverente, muchos diálogos son chatos o más de lo que venimos viendo hace rato.

En síntesis, en apariencia «Robots» parecía una buena idea pero su ejecución no logró estar a la altura. Lo único que la mantiene a flote, y hasta ahí nomás, es el trabajo de sus actores protagonistas que le ponen el cuerpo y el talento para interpretar a dos personajes diferentes. Sin embargo, el resto es un cúmulo de tramas repetidas, antiguas, chistes sin gracia y un final predecible.

Puntaje:


 
 
Tráiler:

 
 

Samantha Schuster

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