Crítica de «Y2K» de Kyle Mooney (2024)
Ya pasaron 25 años de ese momento tan esperado de la historia, en el cual finalmente llegamos al año 2000. Había muchos rumores al respecto de lo que podría pasar en ese cambio de milenio, como que se iba a terminar el mundo o que viviríamos en una especie de relato futurista donde los autos iban a volar o la tecnología iba a regir nuestra vida. Y si bien en cierto sentido somos esclavos tecnológicos, dista mucho lo que la sociedad imaginaba de lo que realmente terminó ocurriendo.
Kyle Mooney toma este hecho en particular para debutar como director con una comedia de terror que cumple con entretenernos y mostrar las consecuencias de depender tanto de la tecnología.
«Y2K» se centra en Eli (Jaeden Martell), un adolescente, que junto a su mejor amigo Danny (Julian Dennison) están planeando qué hacer para despedir 1999 y recibir el 2000. Ya que a Eli le gusta una compañera de la escuela Laura (Rachel Zegler) deciden colarse en una fiesta para que finalmente pueda darle un beso. Sin embargo, todo se complicará cuando a las 12 de la noche la tecnología tome el control y empiece a asesinar a los humanos.
La película logra combinar una buena dosis de humor con el género de terror. Las maneras creativas de morir, la sangre y los sobre saltos, se mezclan con situaciones absurdas, graciosas e incómodamente divertidas para brindarle mayor entretenimiento al espectador, que al igual que la propia película no se toma muy en serio a la historia. El director sabe lo que propone y cumple con lo que promete, incluso yendo más allá y superando ciertos límites que en general muchos no se animan a cruzar.
La nostalgia de los ’90 está siempre presente. Desde la vestimenta de los distintos personajes hasta la música que escuchan, pero sobre todo los distintos aparatos tecnológicos que van incorporando con el correr del relato: los mini-componentes, las computadoras que se conectaban por internet mediante el teléfono y éste no se podía usar mientras una persona estaba en línea, las salas de chats, etc. Todo está muy bien recreado para transportarnos a aquella época.
El elenco tiene varios nombres de jóvenes que vienen creciendo a pasos agigantados en Hollywood como Jaeden Martell («IT», «Knives Out», «Metal Lords») y Rachel Zegler («West Side Story», «The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes» y próximamente «Blancanieves»), como también de otros que significan una grata sorpresa como Julian Dennison, que es el comic relief de la historia.
En síntesis, «Y2K» no pretende ser más de lo que propone, por lo que nos ofrece una divertida comedia de terror enmarcada en el cambio de milenio donde se creía que algo podía pasar. Acá efectivamente pasa, y, a través del control que ejerce la tecnología, el director realiza una crítica hacia el poder que le damos a los distintos aparatos tecnológicos. Un film que entretiene y que nos brinda un fin de año más interesante.
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster