Cuando te cuentan otra versión: Cinco grandes remakes

Se estrenó “Suspiria”, la nueva película de Luca Guadagnino que toma los cimientos del largometraje dirigido por Dario Argento y les da otra tonalidad.

A lo largo de los años se han hecho infinidades de adaptaciones, algunas han sido estrepitosos fracasos y otras han podido igualar o superar la calidad de la original, y, sin querer entrar en comparaciones, aquí les comentamos cinco grandes remakes de películas icónicas de la historia del cine:

“Los siete magníficos” (“The magnificent seven”, 1960) de John Sturges

Los habitantes de un pueblo mexicano, lindero a la frontera de Estados Unidos, tienen problemas con una banda de delincuentes que les roba las cosechas. Cansados de tamaña tiranía deciden contratar a un grupo de pistoleros.

Adaptación de “Los siete samurai” de Akira Kurosawa que traslada la historia del japón feudal a las áridas tierras del oeste norteamericano. Tuvo un paso discreto en los cines cuando se estrenó, sin embargo, hoy es considerado un clásico del género western.

Sturges contó con un “dream team” de actores hollywoodense: Yul Brynner, Steve McQueen, Eli Wallach, Charles Bronson, James Coburn y Robert Vaughn. Ellos dan vida a un variopinto grupo de personajes cuyo destino se rige por una ley del género: matar o morir.

“Por un puñado de dólares” (“Per un pugno di dollari”, 1964) de Sergio Leone

“El hombre sin nombre” (Clint Eastwood) queda varado en San Miguel, un pueblo fronterizo, entre México y Estados Unidos, en el que dos familias, los Rojo y los Baxter, se enfrentan por el dominio del lugar.

“Por un puñado de dólares” no fue el primer spaghetti western, pero sí popularizó el género a lo largo y ancho del globo. Leone contó con 200.000 dólares para su realización y tuvo un desempeño formidable en salas recaudando catorce millones y medio de dólares solo en Estados Unidos.

Remake calcado de “Yojimbo” de Kurosawa, Leone tuvo que afrontar cargos legales por no tener la licencia para realizar la película. Esto provocó que tuviera que ceder un porcentaje de sus ganancias en taquilla. Más allá de la anécdota, puede evidenciarse cómo el chambara (cine de samuráis) y el western han ido asimilando caracteristicas (violencia, personajes e historias) y retroalimentandose a lo largo de los años.

Leone no sólo revitalizó un género que en Estados Unidos estaba en declive, sino, también, lo resignificó al darle al oeste una impronta más descarnada y salvaje.

“La cosa de otro mundo” (“The Thing”, 1982) de John Carpenter

En la Antártida, los integrantes de una estación de investigación norteamericana cobijan a un perro que era perseguido por un grupo de hombres que le disparaban desde un helicóptero. No hay mayores inconvenientes hasta que ese animal, que dejaron en el canil, se transforma en una extraña criatura por estar infectado.

No tuvo un gran desempeño en su estreno. Primero por lanzarse en la misma época que “E.T.” de Steven Spielberg. Segundo, la crítica le bajó el pulgar porque señalaba que era una historia estéril y que tenía una estética desagradable. Tercero, muchos fanáticos de la ciencia ficción la rechazaron por completo. Sin embargo, el tiempo fue sabio y con el pasar de los años se la ha reivindicado y se ha convertido en un clásico de culto.

Carpenter canalizó el miedo del espectador en la desconfianza que siente éste por los personajes que puedan o no estar infectados, y no en lo grotesco de las vísceras o deformidades que pueden verse en pantalla. Uno permanece en vilo con más dudas que certezas y no puede siquiera deducir quién es quién. La paranoia está latente en cada plano.

De lo que sí no hay dudas es que es una de las mejores películas de terror de la historia del cine.

“Caracortada” (“Scarface”, 1983) de Brian De Palma

En los ochenta, dos delincuentes cubanos, “Tony” Montana (Al Pacino) y su amigo Manny Rivera (Steven Bauer), llegan a los Estados Unidos y comienzan a escalar en el orbe criminal de Miami.

El director se basó en la película homónima filmada por Howard Hawks en 1932 para retratar el mundo sórdido y siniestro de los carteles de drogas. La cámara no le pierde pisada a “Tony” y no le da pudor mostrar la crueldad y la violencia que lo rodea. Al Pacino interpretando a un hombre del bajo mundo temible y sin escrúpulos le valió una nominación en los Globos de Oro como Mejor actor.

De Palma tuvo contratiempos con la Asociación Cinematográfica de América (Motion Picture Association of America) al presentarla para su calificación. Esta entidad la aprobó como una película para mayores de 18 años. De Palma volvió a insistir en dos ocasiones, pero no tuvo éxito hasta que, con expertos en drogas de su lado, explicaron que, como la película refleja lo que sucede en la realidad, tenía que difundirse. La asociación accedió calificando el tercer corte para menores de 17 años con supervisión de los padres. Sin embargo, ante la ignorancia de los encargados del estudio que producían la película para distinguir cuál corte era cual, De Palma aprovechó la situación y estrenó el primer corte de “Caracortada”.

“Doce hombres en pugna” (“Twelve angry men”, 1997) de William Friedkin

Un jurado debe decidir si un muchacho es el asesino de su padre. Cuando comienzan a debatir once señalan que es culpable salvo uno, el jurado número ocho (Jack Lemmon), que tiene dudas sobre el crimen e indica que es inocente.

Remake de la ópera prima de Sidney Lumet realizada para la televisión norteamericana que tuvo una buena recepción por parte de la crítica y el público. Friedkin relata con nervio y seguridad un guion que, de estar en las manos de un director menos hábil, puede anclarse con facilidad en una puesta en escena teatral. En este largometraje todo fluye como los engranajes de un reloj suizo. Cada acción y diálogo tienen la cadencia justa y necesaria para que el espectador nunca pierda el interés.

 

Pablo Flaherty

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *