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«El Juego del Calamar: El Desafío», cómo repetir un éxito rotundo

En 2021 se estrenó «El Juego del Calamar» en Netflix, una serie de ficción coreana que se volvió la más vista en la historia de la plataforma en su momento. Compuesta de 9 episodios, logró atrapar a los espectadores al ofrecernos personajes en situaciones límites, luchando para sobrevivir y poder conseguir una cantidad de dinero que les resuelva la vida para siempre. Antes del estreno de su segunda temporada en este 2024, se lanzó un reality show basado en la misma historia con resultados más que satisfactorios y exitosos.

Tomando el mismo concepto de la versión ficcional, «El Juego del Calamar: El Desafío» nos propone un reality show donde 456 participantes tienen que superar distintos juegos infantiles para llevarse un total de 4.56 millones de dólares. Dejando de lado todas las subtramas que tenía la original, donde conocíamos al protagonista antes de formar parte de este espectáculo y un agente de policía se dedicaba a investigar lo que hacían en aquel lugar, con experimentos bastante oscuros, como también el hecho de que cada personaje que perdía un juego moría, en este caso nos centramos únicamente en los desafíos que tienen que superar los distintos participantes. En su mayoría son los mismos juegos que vimos en «El Juego del Calamar», como luz verde/luz roja donde tenían que avanzar antes de que una muñeca gigante los viera y si se movían perdían; el que tenían que saltar sobre distintos vidrios para ver si los sostenían o caían inmediatamente al vacío; o el que tenían que recortar la forma exacta de la galletita sin que esta se rompiera. Pero también tenemos algunos nuevos que nos van a sorprender, como también a los participantes, porque no es nada que hayan podido conocer o practicar antes.

Los juegos se van intercalando con entrevistas a las distintas personas. Lo bueno es que no nos presentan a uno por uno (y tiene su lógica porque arrancan siendo 456), sino que los van mostrando a medida que van teniendo mayor injerencia en los juegos. Pero tampoco quieren darle el protagonismo a alguno en particular, sino que van tomando a varios de ellos. Eligieron buenas personalidades, con algunos podemos empatizar rápidamente, a otros los vamos queriendo a medida que avanza la historia y otros pocos se van convirtiendo en villanos. Y, a diferencia de lo que podríamos pensar, ninguno está a salvo, no es que el que va resaltando entre el grupo ya tiene la final asegurada, sino que cualquier juego, movimiento en falso o mala actitud puede dejarlo afuera. 

Porque además de los distintos desafíos, también nos vamos a centrar en la cotidianeidad de cada uno de ellos en el espacio en el cual duermen, comen y pasan tiempo entre juego y juego. Las alianzas entre participantes podrán beneficiarlos o perjudicarlos. Es así como vamos a tener muchas sorpresas a medida que pasen los 10 episodios y personas que creíamos que iban a llegar lejos por su condición física, inteligencia o sociabilidad quedan a mitad de camino. Esto hace que por más de que hayamos visto «El Juego del Calamar» nos sigamos impactando, porque agregan juegos, cambios de reglas, y dinámicas donde todo puede pasar.

Pero también la manera en la que está realizado el reality show nos atrapa. Muchas veces los juegos no terminan con el capítulo sino que siguen en el siguiente, dejándonos un cliffhanger impresionante que provoca que el espectador quiera seguir viendo cómo continúan los resultados, si su personaje favorito va a sobrevivir o no va a pasar la prueba. Es súper intrigante y llena de tensión.

Por otro lado, los aspectos visuales están muy bien realizados. Logran imitar los escenarios de «El Juego del Calamar» a la perfección, con colores estridentes, los mismos atuendos de los encargados de llevar adelante los juegos y la música infantil y aterradora característica.

Y su final, sin adelantar nada, es bastante acorde a lo que fuimos viendo en los distintos capítulos y nos deja más que satisfechos. No gana ni el que creíamos que tenía más posibilidades ni uno que casi no apareció a lo largo del reality o que no tuvo mucha injerencia en el juego.

En síntesis, tanto si habían visto previamente «El Juego del Calamar» como si no, «El Juego del Calamar: El Desafío» es un reality show que cumple con todo lo que se propone. Toma los mismos escenarios y juegos de la versión original pero además le agrega algunos desafíos inéditos que logran sorprender e impactar al espectador. La imprevisibilidad y el hecho de que cualquiera pueda ganar lo hace fascinante, como también la manera en la que está pensado para dejar al público con ganas de más. Para desconectarnos un poco, divertirnos y tensionarnos.

Tráiler:


 

Samantha Schuster

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