«Engaños», donde nada de lo que vemos parece ser verdad
A principios de este año se estrenó en Netflix «Engaños» (o «Fool Me Once», en su idioma original), una serie británica de ocho episodios que adapta la novela homónima de Harlan Coben escrita en 2016 que fue conocida por su argumento intrincado y sus giros narrativos, algo que la producción audiovisual logró copiar muy bien.
La serie sigue a Maya Stern (Michelle Keegan), una mujer y ex soldado que recientemente sufrió pérdidas muy dolorosas. Primero fue la muerte de su hermana en una entradera y luego la de su marido cuando quisieron robarle en un parque. A pesar de estar acomodándose nuevamente a su rutina, sobre todo porque debe hacerse cargo de su pequeña Lily, su vida va a dar un giro de 180° cuando en una cámara oculta que instaló para cuidar a su hija aparezca la figura de Joe, su esposo. ¿Está vivo? ¿Se está volviendo loca? ¿Lo que vio durante la guerra la está afectando? ¿Alguien quiere jugar con su psicología? Son todos interrogantes que se van a ir tratando a lo largo de sus episodios, aunque no será la única que quiera resolver este misterio, sino que también estará metido un experto investigador con problemas de salud.
«Engaños» es un thriller sumamente intrigante y rebuscado, que tal como nos adelanta su título va a probar que nada es lo que parece. Nos va a llevar por distintos caminos con muchos giros narrativos que nos harán sospechar de diferentes personajes, para luego sorprendernos e impactarnos hasta el último momento. Tal vez quedan algunos cabos sueltos que no logran cerrar o ni siquiera sienten la necesidad de hacerlo, pero no hubiera estado mal terminan de explicar por qué ciertos personajes hacían lo que hacían o para qué. De todas maneras es una cuestión bastante secundaria y el relato principal concluye de una manera más que satisfactoria.
A pesar de centrarse principalmente en el entretenimiento, aprovechan también para realizar algunas críticas sobre diferentes cuestiones: a la milicia y su forma de comportarse donde los daños colaterales son parte del trabajo y no existe demasiada conciencia al respecto; a la industria farmacéutica y a las graves consecuencias que pueden impartir si no realizan los procesos tal como se debe; las prácticas adolescentes donde los excesos están a la orden del día; la impunidad de los ricos y poderosos; entre otras cosas. Tal vez no se profundiza demasiado en todas, pero sí lo suficiente como para realizar una bajada de línea en particular.
Las actuaciones resultan sumamente convincentes, algo fundamental para este tipo de historias, donde el espectador tiene que comprar el «pescado podrido» que le venden hasta descubrir todos juntos la verdad. Michelle Keegan se destaca como la protagonista, una mujer perturbada por su vocación y las situaciones trágicas que tuvo que vivir, pero que también mantiene una fortaleza y agudeza mental para pensar sus próximos pasos a seguir. Por otro lado, Adeele Akhtar en el rol del detective se aleja un poco de aquellas autoridades fracasadas que solemos ver en el cine o la televisión, que siempre están un paso detrás de lo que tienen que investigar, sino que muestra su eficiencia, a la vez que se puede empatizar con él por su salud inestable. En una carrera por encontrar la verdad uno no sabe de qué lado ponerse, porque ambas partes tienen causas nobles. Joanna Lumley como la suegra de Maya logra transmitir esa vibra de villano, una mujer económicamente poderosa pero despreciable; y Marcus Garvey como su cuñado muestra las dificultades de seguir adelante. Tanto ellos como el resto de los secundarios tienen una profundidad poco común en este tipo de relatos, cada uno tiene su propia historia y se la desarrolla a la par de la de la protagonista, algo que permite conocer más a los personajes y empatizar con ellos.
En síntesis, «Engaños» es de esas miniseries sumamente atrapantes con una trama rebuscada que se va volviendo cada vez más compleja y cuya resolución impacta y sorprende. Tal vez algunas cuestiones no terminan de cerrar pero nada de eso opaca al buen camino que nos propone con actuaciones más que convincentes y giros narrativos atinados.
Tráiler:
Samantha Schuster