Francia, el segundo país más ganador del Oscar a Mejor Película Extranjera

Bien sabemos que Francia fue pionera dentro de la industria cinematográfica. Los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo y realizaron la primera proyección en París en 1895; Georges Méliès también fue muy influyente en el desarrollo del cine, creando el lenguaje cinematográfico, entre otros acontecimientos y personalidades.

Es por eso que no sorprende que Francia haya estado 37 veces nominada al Oscar como Mejor Película de Habla No Inglesa, ganando la estatuilla en 12 oportunidades (tres de ellos premios honoríficos). De esta manera, dicho país se convirtió en el segundo más galardonado del mundo, después de Italia (14 premios Oscar).

Un repaso por las películas que llevaron a Francia al podio cinematográfico:

Los tres primeros Oscar que recibió Francia fueron honoríficos, es decir, que no competían con otras cintas o países, sino que eran elegidos directamente por un jurado. Recién en 1956 se creó esta categoría competitiva. En 1948 se reconoció a “Monsieur Vincent” (Maurice Cloche, 1947), un film que cuenta la historia de un sacerdote y trabajador por la caridad durante el siglo XVII, San Vicente de Paúl. La película describe su esfuerzo por ayudar a los pobres y su trabajo durante la epidemia de peste negra.

En 1950, “The Walls of Malapaga”, coproducción francesa-italiana, realizada por René Clément, se llevó otro premio honorífico para Francia. Allí Jean Gabin interpreta a un criminal francés que huye a Italia, donde se enamora de Marta Manfredini (Isa Miranda).

El último film de estos galardones especiales fue “Forbidden Games” en 1952, donde nuevamente Clément dirige esta cinta sobre dos niños que reaccionan al horror de la guerra cuando coleccionan animales muertos para su propio cementerio.

Pasando a la competencia, Francia ganó su primer Oscar (cuarto en total) en 1958 con “My Uncle” (Jacques Tati), una cinta sobre un hombre que vive en una casa modesta de un barrio humilde y va a visitar a un sobrino que tiene un hogar muy moderno. Una contraposición de ambas realidades, donde el que más tiene más sufre.

Al año siguiente Francia se hace nuevamente con un Oscar por su producción “Black Orpheus” (Marcel Camus), una película basada en una obra teatral de 1954, la cual adapta el mito de Orfeo al ambiente de carnaval brasileño.

En 1962, llega el sexto Oscar a Mejor Película de Habla No Inglesa para Francia con “Sundays and Cybele” (Serge Bourguignon), la cual cuenta la historia de Pierre, quien luego de un accidente en la guerra sufre de amnesia. Un día conoce a Cybèle, una joven en apuros abandonada por su padre en un orfanato, con la quien comenzará una relación paternal.

Cuatro años después, “A Man and a Woman” (Claude Lelouch, 1966) ganó otro Oscar para el cine francés, con una destacable fotografía con distintas tonalidades. La película cuenta la historia de Anne, una joven viuda que trabaja como secretaria en la industria del cine y cuyo marido fue un doble de riesgo que murió durante un rodaje. Anne conocerá a Jean-Louis, un piloto de autos de carrera, cuya esposa se suicidó después de que él casi muriera luego de un accidente, con quien nacerá una relación.

Luis Buñuel ganó un galardón para Francia con “The Discreet Charm of the Bourgeoisie” (1972). El director español, que se caracterizó por sus películas surrealistas, le otorga su impronta a este film. Debido a la censura franquista, tuvo que filmar esta cinta en Francia, la cual fue considerada posteriormente como una de las obras maestras del cine mundial y una de las más aclamadas del cineasta. La misma se centra en Don Rafael Acosta, embajador de Miranda; el matrimonio Thévenot; y Florence, la hermana de Madame Thévenot, quienes están invitados a cenar en casa del matrimonio Sénechal. Sin embargo, hay una confusión, y Monsieur Sénechal fue a otra cita. Como alternativa, se proponen ir a un restaurante cercano, pero al llegar se dan cuenta de que el dueño del establecimiento murió. A partir de este momento, las reuniones entre este selecto grupo de burgueses se verán interrumpidas por una serie de eventos extraordinarios, algunos reales y otros producto de su imaginación.

Al año siguiente volvió a ganar Francia con “Day for Night” (François Truffaut), película que narra los sufrimientos de un director de cine durante el rodaje de un film. La cinta toma su título de la técnica cinematográfica del mismo nombre, que consiste en la aplicación de un filtro oscuro sobre la lente de la cámara que simula que se rueda de noche.

En 1977 y 1978 Francia ganó consecutivamente un Oscar a Mejor Película Extranjera con “Madame Rosa” (Moshé Mizrahi), adaptación de una novela que se centra en una ex prostituta judía de 70 años que sobrevivió a un campo de concentración y que vive dando albergue en su casa a los hijos no deseados de las prostitutas del barrio; y “Get Out Your Handkerchiefs” (Bertrand Blier), una comedia romántica donde dos hombres comparten a una mujer para curarla de una depresión inexplicable.

El último Oscar que recibió Francia hasta el momento data de 1992, con el film “Indochine” de Régis Wargnier, un drama romántico cuyo contexto es la gestación de la revolución comunista que provocó el fin de la colonización francesa de Indochina y el nacimiento de Vietnam (1954).

Desde entonces Francia no consiguió ningún premio de la Academia, pero seguramente no pase mucho tiempo más para que vuelva a hacerlo, porque es una de las naciones que más nominaciones tuvo y cuya presencia cinematográfica se encuentra intacta.

 

Samantha Schuster

 

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