«Gambito de Dama», una jugada atrapante

Tal vez una historia sobre una jugadora de ajedrez no llame demasiado la atención, solo para aquellos aficionados a este deporte o para los curiosos que quieren ver cómo una mujer en la década del 50 y 60 se destacó en un mundo prácticamente masculino. Sin embargo, si le damos una oportunidad a «Gambito de Dama», nos demostrará que habla sobre mucho más que simplemente torneos deportivos, gracias a una trama interesante, una narración atrapante, una protagonista magnética y aspectos técnicos que embellecen cada escena.

Beth Harmon quedó huérfana luego de un accidente automovilístico. Sin ningún pariente cercano, comienza a vivir en un orfanato con otras niñas, donde conoce una actividad que la cautiva por completo y que cambiará su vida para siempre: el ajedrez. Es así como empieza una obsesiva y ambiciosa relación con este deporte, donde buscará convertirse en la mejor jugadora del mundo, al mismo tiempo que debe lidiar con su vida cotidiana, sus traumas de la infancia y adicciones que fue incorporando poco a poco.

Basada en la novela homónima escrita por Walter Tevis en 1983, «Gambito de Dama» es una miniserie de Netflix de 7 capítulos de alrededor de 50 minutos de duración, que habla sobre la superación personal, la pasión, el talento, el esfuerzo, la perseverancia, los traumas infantiles, la influencia que tienen los padres sobre sus hijos, la genialidad/la locura, la dificultad de crecer en un ambiente complejo, la soledad, entre otras cuestiones. Como vemos, es una historia que abarca mucho más que el ajedrez; lo utiliza como una simple excusa para ahondar en asuntos más profundos.

Anya Taylor-Joy («Fragmentado», «Glass») hace un gran trabajo de composición a la hora de interpretar a Beth, una persona segura, vanidosa, difícil de encajar en la sociedad en la que se enmarca, con ciertas contradicciones y un gran talento pero también con una debilidad por la bebida, las pastillas y la autodestrucción; ese límite difuso entre la genialidad y la locura, donde ambas cosas van de la mano. A pesar de muchas decisiones equivocadas, transmite un carisma tan intenso que es imposible no empatizar con ella. Verla es realmente magnético. Su versión pequeña, interpretada por Isla Johnston, también se destaca durante su tiempo en el orfanato, donde empieza a descubrir el ajedrez como una herramienta para afrontar el duelo, adaptarse a aquel lugar solitario y para salir adelante.

Existen muchos personajes secundarios que tienen importancia e influencia en la vida de Beth, como el señor Schaibel (Bill Camp), el conserje del orfanato que le enseñó este nuevo mundo, la madre que la adopta (Marielle Heller), que la apoya pero que tiene tantos o más problemas que la propia protagonista, o los distintos compañeros/mentores/rivales con los que se va topando en los diversos torneos a los que asiste a lo largo de la historia.

En cuanto al tono de la serie, tenemos algunos momentos divertidos o amenos, otros más dramáticos cuando se ahonda sobre el pasado de Beth o sus problemáticas y muchas veces se recurre a la tensión a la hora de retratar los distintos torneos, donde si bien la mayoría de los espectadores probablemente no sepamos mucho (o nada) sobre el ajedrez nos genera misterio e inquietud lo que sucederá. En este sentido, tiene mucho que ver la empatía que genera la protagonista y los gestos que realiza para poder interpretar lo que está pasando, además de conseguir hacernos poner en sus zapatos y percibir esa misma adrenalina y frenesí.

Por momentos se utilizan ciertos recursos visuales interesantes y bien logrados para plasmar las partidas y hacerlas más dinámicas y menos monótonas, como también se usa el sonido (como por ejemplo el reloj que marca cada movimiento de las piezas) para mezclarla con la música y agregarle más tensión a las escenas.

Su fotografía es hermosa y consigue embellecer cada cuadro, como también su atinada ambientación de época, los lujosos hoteles en donde se hospedan y la utilización del vestuario, elemento que se incorpora como parte de la trama, ya que Beth está muy interesada en este aspecto y se observa un cambio de vestimentas y más elegancia a medida que va escalando de posición en los torneos.

En síntesis, «Gambito de Dama» es de aquellas series que no llaman tanto la atención a priori pero que uno llega a base de recomendaciones y agradece haberle dado una oportunidad. Nos ofrece una historia muy bien construida, atrapante e interesante sobre un personaje bastante particular e inusual, con un impactante tour de force de Anya Taylor-Joy y una excelencia visual impactante.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *