«Glow» Temporada 3: Reinventando el show

La tercera temporada de «Glow» ya está entre nosotros y solo tenemos buenas cosas para decir sobre ella. Con las dos entregas anteriores pudimos ver el ascenso/descenso del programa de televisión de lucha libre femenina. Cuando la cadena estaba por cancelar el recorrido de este grupo variopinto de actrices con poco trabajo, el show es rescatado y reconstruido como un espectáculo en Las Vegas, y así como «Glow» se reinventa dentro de la ficción también lo hace como serie.

Netflix quizás no lo sabía cuando estrenaba la serie tres años atrás pero no solo estaba brindando un show fresco, novedoso y divertido sino que además nos presentaba un marco de reivindicación de la figura femenina, mostrándola de forma realista, objetiva y desde un costado sensible, haciendo foco en todo tipo de abusos, discriminaciones y demás cuestiones que debían (y aún deben) afrontar en el ámbito laboral en los años ’80.

En esta oportunidad, Ruth Wilder (Alison Brie), Debbie Eagan (Betty Gilpin) y las demás chicas del show de lucha libre deberán combatir la monotonía de realizar cada noche el mismo show en un famoso hotel de Las Vegas, al mismo tiempo que lidian con mantener sus rutinas con sus respectivas parejas y/o familias, los excesos provenientes de la ciudad del pecado y muchas otras cuestiones que van surgiendo sobre la marcha. Debbie sufre el ser madre a distancia y perderse los primeros momentos con su hijo, mientras que se ve oprimida por los estándares de belleza que la llevan a una precoz bulimia. Ruth también padece las consecuencias de una relación a distancia con su novio, y la duda de si siente algo por Sam Sylvia (Marc Maron) luego de varios intentos de este último por querer entablar un vínculo afectivo más cercano.

Por otro lado, en esta temporada tuvimos menos momentos de espectáculo pero más significativos. Y esto se debe principalmente a que «Glow» decidió enfocarse más en sus personajes y sus conflictos personales que en la espectacularidad teatral del show. Una de las grandes virtudes de la serie radica en que se toma el tiempo necesario para que cada personaje tenga su momento, y de esa forma logran balancear ese enorme y talentoso elenco con el que cuenta. Por ejemplo, Bash Howard (Chris Lowell) fue una pieza central de esta tercera entrega ya que se profundiza en ciertos hechos sugeridos en la temporada anterior acerca de su sexualidad. Luego de la boda con Rhonda Richardson (Kate Nash), el personaje del productor debe lidiar con su verdadera identidad sexual la cual esconde por el miedo a que su familia no lo termine de aceptar, entre otras cosas. Arthie Premkumar (Sunita Mani) atraviesa por algo parecido al no querer asumir a viva voz su homosexualidad frente a su novia Yolanda (Shakira Barrera). Asimismo, habrá otros aspectos que también enriquecerán la narrativa de esta temporada, por ejemplo la decisión de Cherry de no pasar por un embarazo para preservar su cuerpo al cual ve como su única herramienta de trabajo, las frustraciones de Ruth al no poder conseguir su gran oportunidad como actriz, la identidad cultural de Jenny y Melanie, entre varias cosas más. Sheila (Gayle Rankin) también tiene su momento de brillar al desprenderse y liberarse de ciertas ataduras del pasado para dar paso a una nueva vocación como actriz seria.

«Glow» realmente se reinventó y logró mantener la atención de los espectadores al brindarnos nuevas temáticas y conflictos (la discriminación y la búsqueda de identidad como ejes centrales) gracias a un excelente trabajo de guion y de interpretación por parte de este interesante elenco. Nuevamente hay que destacar ese dúo protagónico compuesto por Brie y Gilpin, a las cuales se las puede ver cercanas luego del incidente del engaño de Ruth con el ex marido de Debbie, y que son dos actrices que te hacen reír y emocionar de un momento al otro. Igualmente, todo el elenco se encuentra en un nivel superlativo.

«Glow» es una de esas series pequeñas con gran corazón que nos ofrecen un relato emotivo y sincero sobre las relaciones humanas. En este caso también invita a ver la camaradería femenina desde un costado franco, realista y sin reparos.

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *